Policías de Londres renuncian a portar armas por caso de joven negro asesinado

Varios policías de Londres renunciaron a portar armas tras la inculpación por asesinato de un compañero, que mató a un joven negro hace un año.

El policía inculpado fue presentado ante la justicia el jueves por el asesinato de Chris Kaba, de 24 años. Kaba, que no iba armado, murió el 5 de septiembre por un disparo de un policía, en el suroeste de Londres.

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Según la policía, la matrícula del auto de Kaba fue detectada por una cámara que indicó que se trataba de un vehículo relacionado con un incidente con armas de fuego.

La mayoría de los 34.000 policías de Londres no van armados. De los que portan armas, "muchos están preocupados" por las posibles consecuencias de estos procesamientos, afirmó un portavoz de Scotland Yard.

"Un cierto número de agentes" decidieron renunciar a su autorización de portar armas "para tener tiempo de reflexionar sobre su posición", prosiguió el portavoz.

Según la BBC, serían más de 100 agentes.

El caso de Chris Kaba

La muerte de Chris Kaba en septiembre de 2022 dio lugar a varias manifestaciones para reclamar "justicia" y avivó el debate sobre el racismo dentro de Scotland Yard.

Tras un "examen detallado" de los elementos de la investigación realizada por el organismo que controla la labor de la policía británica, el Crown Prosecution Service (CPS) "autorizó la inculpación por asesinato", declaró en un comunicado Rosemary Ainslie, jefa de la división especial de la fiscalía, el miércoles pasado.

El policía, cuya identidad no fue divulgada por razones jurídicas, debió comparecer el jueves en el Tribunal de Magistrados de Westminster.

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Chris Kaba, de 24 años, murió el 5 de septiembre por un disparo de un policía, en el suroeste de Londres, cuando el coche que conducía era perseguido por una patrulla.

El hombre, que no estaba armado, quedó herido y falleció más tarde en el hospital. El agente que disparó fue suspendido.

Es inusual que un policía sea procesado por asesinato en Inglaterra.

Según la asociación INQUEST, especializada en los decesos vinculados con agentes del Estado, desde 1990 se han documentado 1.870 decesos durante, tras una detención o después de un contacto con la policía. Solo desembocaron en una condena, la de un policía a ocho años de cárcel, en 2021, por homicidio involuntario.