Portugal y República Checa vuelven a imponer restricciones para frenar el covid-19
Habrá confinamientos, cierres de mercados navideños y exigencias de tapabocas y pases sanitarios.
Portugal, un país con uno de los índices de vacunación anticovid más altos del mundo, anunció este jueves medidas para frenar el aumento de contagios por covid-19, incluyendo una semana de restricciones tras las fiestas de fin de año.
"Estamos viendo un empeoramiento de la situación sanitaria", declaró el primer ministro, António Costa, durante una rueda de prensa tras un consejo de ministros. "Es el momento adecuado para adoptar nuevas medidas" porque "entramos en una fase de riesgo elevado", subrayó.
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A partir del 1 de diciembre, el gobierno recomienda teletrabajar, la mascarilla volverá a ser obligatoria en interiores y el pase sanitario será exigido en restaurantes y hoteles.
Además, se exigirá una prueba negativa de covid para asistir a eventos culturales o deportivos, visitar residencias de ancianos, o acudir a bares y discotecas. En cuanto a los viajes, se exigirá un resultado negativo para todos los vuelos con destino Portugal.
Tras las fiestas de fin de año, del 2 al 9 de enero, el teletrabajo se volverá obligatorio, las vacaciones en las escuelas serán prolongadas y bares y discotecas deberán cerrar.
A pesar de tener al 87 % de su población totalmente vacunada, Portugal está experimentando un fuerte aumento de infecciones de covid-19.
Este jueves, el país registró 3.150 nuevos casos en 24 horas, según el último informe de las autoridades sanitarias, el nivel más alto en casi cuatro meses.
Emergencia en República Checa
El gobierno checo declaró el estado de emergencia durante 30 días este jueves, al mismo tiempo que anunció el cierre de los mercados navideños para tratar de frenar los contagios por covid-19.
República Checa, con 10,7 millones de habitantes, registró el miércoles 18.004 nuevas infecciones, mientras que el día anterior fueron 25.877.
En el este del país, los hospitales están al límite de su capacidad y algunos han empezado a trasladar a los pacientes a otras regiones. "La situación empeorará en las próximas semanas, y se espera un pico en torno a las Navidades", declaró a la prensa el ministro de Sanidad, Adam Vojtech.
Pero, a diferencia de las vecinas Austria y Eslovaquia, que impusieron confinamientos y toques de queda, el gobierno checo de centroizquierda --que será sustituido por un gabinete de centroderecha en las próximas semanas-- fue menos radical.
Los restaurantes, las discotecas y los casinos tendrán que cerrar entre las 10 de la noche y las 5 de la mañana locales desde el viernes. Los mercados navideños se suspenden y se prohíbe el consumo de alcohol en el espacio público.
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El gobierno también redujo a 100 el número de personas que pueden asistir a fiestas. Los eventos deportivos y culturales están limitados a un máximo de mil personas.
Los checos no vacunados o los que no se han recuperado recientemente de la enfermedad ya tienen prohibido acceder a restaurantes, cafés o instalaciones deportivas. El país registró más de dos millones de contagios y más de 32.500 muertes.