Putin acoge a líderes mundiales en la cumbre de los BRICS
Reunión de los BRICS en Kazán: un momento importante en el escenario geopolítico global con la ampliación del bloque y desafíos internos.
La reunión de los BRICS en Kazán, Rusia, marca un momento crucial en el que el grupo de economías emergentes demuestra que no se alinea con Occidente en la condena e intento de aislar a Vladimir Putin, jefe del Kremlin, tras la invasión a Ucrania que está por cumplir tres años.
El grupo, conformado originalmente por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, ha ampliado su membresía recientemente para incluir a Egipto, Etiopía, Irán y los Emiratos Árabes Unidos, lo que incrementa el peso del bloque en términos geopolíticos y económicos.
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Desde su creación en 2009, los BRICS han tratado de presentar una alternativa al orden global liderado por Estados Unidos y Europa Occidental. El grupo ahora representa más del 35 % de la producción económica mundial, ajustada por el poder adquisitivo, lo que subraya su importancia económica global. Sin embargo, el bloque enfrenta una serie de desafíos internos que complican su cohesión, como profundas diferencias políticas y económicas entre sus miembros.
Uno de los temas recurrentes en las cumbres de los BRICS ha sido la búsqueda de una moneda alternativa al dólar estadounidense. La hegemonía del dólar ha sido vista como una herramienta de control occidental, en especial en lo que respecta a las sanciones económicas. Según Sarang Shidore, director del programa Sur Global del Instituto Quincy, las sanciones sólo funcionan porque el dólar domina el sistema financiero global. Sin embargo, no hay consenso sobre una alternativa viable al dólar, y la creación de una moneda BRICS sigue siendo un objetivo aspiracional más que una realidad inminente.
China, que ha sido una de las principales impulsoras de la expansión del grupo, juega un papel central dentro de los BRICS. Nada ocurre en el bloque que vaya en contra de los intereses de China, según Jacob Kirkegaard, miembro del Instituto Peterson de Economía Internacional, quien habló con el New York Times. A pesar de su estrecha relación con Rusia, China también compite por influencia dentro del bloque, particularmente con India. Las tensiones entre India y China, que han llevado a disputas fronterizas e incluso enfrentamientos militares, son un obstáculo importante para la unidad del grupo.
Otro aspecto que complica las relaciones dentro de los BRICS es la diversidad de los sistemas políticos y alianzas geopolíticas de sus miembros. Por ejemplo, Rusia e Irán son adversarios de Estados Unidos, mientras que Egipto y los Emiratos Árabes Unidos son aliados clave de Washington. Esta disparidad en las alianzas plantea interrogantes sobre la capacidad de los BRICS para actuar como un bloque coherente en cuestiones internacionales.
La expansión del grupo también ha sido motivo de controversia. Mientras que China ha impulsado la incorporación de nuevos miembros, no todos los países han aceptado la invitación. Argentina, por ejemplo, declinó unirse tras un cambio de gobierno, y Arabia Saudita, a pesar de haber sido invitada, no ha formalizado su membresía. La incorporación de países como Irán y Etiopía refleja el creciente enfoque del grupo en el Sur Global, aunque esta expansión también pone de manifiesto las divergencias internas.
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A pesar de estas tensiones, Vladimir Putin se ha esforzado por demostrar que Rusia sigue siendo un actor global importante, a pesar de su condición de paria en Occidente debido a la guerra en Ucrania. Putin ha presentado la guerra como un intento de destruir el viejo orden mundial y construir uno nuevo, y los BRICS se han convertido en una plataforma clave para este objetivo. Alexander Gabuev, director del Centro Carnegie Rusia Eurasia, subraya para el medio neoyorquino que los BRICS son la estructura más potente y representativa de este nuevo orden mundial que Putin imagina.