Alberto Santofimio, la pieza clave en asesinato de Rodrigo Lara Bonilla
El exministro de Justicia fue citado a indagatoria por presuntamente haber instigado el asesinato.
Sin lugar a dudas, en la década de los ochenta, Alberto Rafael Santofimio Botero era el líder político más conocido del país. Su oratoria en los discursos del Senado le generaron una fama en todos los sectores políticos, hasta el punto que muchos lo comparaban con Jorge Eliécer Gaitán y su poder para mover a las masas.
Fue tanta su fama, y poder, que su nombre se barajó para que fuera candidato a la Presidencia de la República para el año de 1982 por el Partido Liberal. Propios y extraños coinciden en afirmar que era el dirigente político por excelencia, al que los poderosos buscaban para ser cobijados con su elocuencia y lograr que sus proyectos tuvieran el visto bueno en el Congreso.
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Nacido el 17 de junio de 1942 en Ibagué. La carrera de Santofimio Botero fue vertiginosa. El abogado fue designado como ministro de Justicia en 1974 durante el gobierno de Alfonso López Michelsen. Fue gobernador del Tolima, candidato presidencial y senador en dos oportunidades. Igualmente, hizo parte del proyecto para fundar el Nuevo Liberalismo junto a Luis Carlos Galán y Rodrigo Lara Bonilla.
Sin embargo, poco tiempo después, lo que surgió como una idea para renovar la política colombiana se vio envuelta en una polémica por culpa del mismo Santofimio quien quiso llevar a personas de dudosos antecedentes y excéntricos gustos a la colectividad. Entre ellos un tal Pablo Escobar Gaviria, un hombre al que presentaban como un empresario de Antioquia.
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Galán y Lara Bonilla desconfiaron de Escobar. Sin embargo, los dos jóvenes políticos poco o nada podían hacer frente al poder que tenía Santofimio en el ámbito nacional. Fue así como logró que Escobar Gaviria llegara a la Cámara de Representantes, contando con un enérgico apoyo de varios congresistas.
La imagen de Escobar se derrumbó cuando el diario El Espectador publicó una serie de informes que señalaban que Escobar había estado privado de su libertad unos años antes por actividades delincuenciales. Igualmente en contra del denotado empresario surgían versiones que lo vinculaban de tener relación con el entonces naciente negocio del tráfico de cocaína.
La revelación periodística fue el caballo de batalla de Galán y Lara Bonilla para atacar a Escobar, quien tuvo que salir del Congreso por una evidente inhabilidad para ocupar ese cargo. Ese día, según relatan personas allegadas, marcó el destino de los dos jóvenes políticos liberales, quienes fueron declarados como enemigos íntimos de Pablo Escobar.
El crimen de Lara Bonilla
La Fiscalía General sostiene que Alberto Santofimio era uno de los invitados especiales a las estrafalarias fiestas de Escobar Gaviria en sus fincas en Antioquia. El ente investigador cuenta con varios testimonios de exintegrantes del Cartel de Medellín que señalan la gran amistad entre “el capo” y el exministro de Justicia. Para corroborar estas versiones existen fotografías y videos hechos por los mismos sicarios y narcotraficantes que asistían a estos encuentros.
En una de estas reuniones, Santofimio habría instigado a Pablo Escobar para que ordenara el asesinato del entonces ministro de Justicia, Rodrigo Lara Bonilla. Esto porque lo consideraba una piedra en el zapato para sus intereses. Igualmente le recordaba que Lara había sido el encargado de dañar su imagen en el histórico debate en el Congreso en el que lo acusó públicamente de tener vínculos con organizaciones delincuenciales.
Desde el Gobierno, Lara impulsaba la implementación de la figura de la extradición inmediata para aquellos nacionales que tuvieran relación con el delito del nacotráfico.
Escobar, quien para ese momento era el hombre más buscado del país, dio instrucciones precisas para que atentaran contra un grupo de dirigentes políticos, funcionarios y periodistas. En la “lista negra” se encontraba Rodrigo Lara Bonilla. En la noche del 30 de abril de 1984, dos sicarios dispararon en repetidas oportunidades contra el Mercedes Benz W123 en el que se movilizaba el ministro por la calle 127 en el norte de Bogotá.
La rafaga de disparos acabó de manera inmediata con la vida del líder político. Por el crimen del ministro de Justicia solamente fue capturado y condenado a 11 años de prisión Byron de Jesús Velásquez, alias ‘Quesito’ quien manejaba la motocicleta. Iván Darío Guisado, el auto material, murió en el marco de la persecución.
Durante años, la investigación durmió el sueño de los justos en la Fiscalía General. Los familiares de Lara Bonlla denunciaron negligencia y manipulación de los elementos materiales probatorios. Aseguraban que nunca se investigó la participación de los declarados enemigos políticos y de otras personas.
Igualmente, se denunció la existencia de la participación de agentes del DAS y de un grupo de personas del cuerpo de seguridad y protección del jefe de la cartera jurídica. Este miércoles, después de 29 años, la justicia tomó una decisión trascendental: un fiscal de la unidad de derechos humanos citó a indagatoria al exministro Alberto Santofimio por ser presuntamente determinador en la ejecución de este asesinato.
Santofimio, quien se encuentra pagando una sentencia de 24 años de prisión por su presunta participación en el asesinato de Luis Carlos Galán Sarmiento -el 18 de agosto de 1989- tendrá que presentarse el próximo 25 de agosto ante la Fiscalía General para dar su versión sobre estos hechos.
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Nota del editor: Por un error de estructura en la frase y por ello, tal vez, del autocorrector, esta nota inicialmente decía que "Galán y Lara Bonilla le tuvieron confianza a Escobar". Es claro que eso no fue así y los hechos lo demuestran. Hemos hecho la corrección y la frase queda de la siguiente manera: "Galán y Lara Bonilla desconfiaron de Escobar".