'Gordo Lindo' y Andrés Sepúlveda se meten en carta pidiendo acceder a la JEP
En carta enviada a la justicia transicional prometen contar toda la verdad.
En las últimas horas se conoció que 310 reclusos de la cárcel La Picota en Bogotá suscribieron una carta dirigida a la Jurisdicción Especial de Paz, la Unidad de Búsqueda de Desaparecidos y la Comisión de la Verdad, entidades comprometidas con el proceso de implementación del Acuerdo de Paz.
Entre los firmantes se encuentran en su gran mayoría integrantes de las desmovilizadas Farc y AUC, paradójicamente quienes en el pasado se enfrentaban por la vía armada en las zonas más apartadas del país. De acuerdo a la misiva, su intención es “contribuir a la paz total de la nación” y por eso quieren someterse al mecanismo de justicia transicional.
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Sin embargo, la carta también fue firmada por guerrilleros del ELN y EPL, integrantes de ‘Los Rastrojos’, miembros del Ejército e inclusive Francisco Javier Zuluaga, alias Gordo Lindo, procesado en Colombia y en EE.UU. por narcotráfico.
Además, entre los firmantes aparece alguien que no está relacionado con hechos cometidos con ocasión del conflicto armando. Se trata del hacker Andrés Sepúlveda, condenado a 10 años de prisión por ser parte de una oficina dedicada a las interceptaciones ilegales. Su caso data de mayo de 2014 cuando se conoció que era parte de una red dedicada a sabotear el proceso de paz del gobierno de Juan Manuel Santos con las Farc.
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El contenido de la carta
La carta advierte que sin ellos sometidos a la justicia transicional “no habrá conciliación completa, mucho menos reparación integral a las víctimas”. Al respecto, insisten en que quieren revelar cuál fue su papel en la vida delincuencial.
Sobre el tema, además piden contar con “garantías serias y coherentes” para generar “un proceso de verdad y reparación sin antecedentes en la historia nacional”.
En caso de que la JEP acepte la petición de los firmantes de inmediato podrían acceder a beneficios como la reducción de sus condenas, teniendo como inamovible contar toda la verdad y reparar a las víctimas. Y es que la reforma constitucional que creó la JEP estableció que los condenados que eventualmente sean aceptados en la JEP puede sustituir su pena por los 8 años de privación de la libertad.
Lo cierto es que quienes suscribieron la carta se hacen llamar ‘Comité de presos por la verdad’ y prometen revelar con nombres propios a todos los actores armados del conflicto.
La carta
Centro Penitenciario La Picota, Bogotá DC, febrero 12 de 2019
Señores
Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición, SIVJRNR: Jurisdicción Especial para la Paz; Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición; Unidad para la Búsqueda de las Personas dadas por Desaparecidas
Respetados Magistrados y Magistradas, Comisionados y Comisionadas y Directora de la Unidad citada:
Nosotros, los abajo firmantes, reclusos del Centro Penitenciario La Picota de Bogotá DC, quienes hemos perdido nuestra libertad por haber sido miembros de grupos alzados en armas, de grupos de autodefensas, de los llamados paramilitares y de otras organizaciones al margen de la Constitución y la ley igualmente enmarcadas dentro de los mas de cincuenta años de duración del conflicto interno de Colombia, respetuosamente les manifestamos a ustedes nuestro deseo de contribuir a la paz total de la nación, acogiéndonos al Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición, SIVJRNR, toda vez que hemos sido autores, testigos, y/o participantes activos de la guerra fratricida que tanto dolor, penas y víctimas le ha causado a nuestra sociedad a lo largo y ancho de nuestro territorio patrio.
Para nadie es un secreto que el conflicto armado interno siempre fue y sigue siendo mucho más amplio que la antigua confrontación del Estado con las FARC-EP. Los Acuerdos de La Habana (paz suscrita entre el Estado y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo, FARC-EP), fueron lo suficientemente amplios y realistas como para reconocer este insoslayable hecho que ponemos de manifiesto, tanto así que, por esta mismísima razón, consideramos que no habrá conciliación completa, mucho menos reparación integral a las víctimas, si no damos a conocer públicamente el actuar delictual integral con responsabilidad individual y colectiva de nuestra parte, todo ello derivado de la intestina e histórica conflagración nacional que ya es hora de resolver definitivamente.
Sin duda, es absolutamente indispensable no guardar más en secreto cómplice los hechos de violencia y guerra interna, las circunstancias propias de los mismos, los nombres de actores participantes sin consideración de su sexo, raza, estirpe, oficio o condición económica, social o profesional, y de los sitios geográficos a donde todo tuvo lugar, lo mismo que el origen de las fuentes de financiación, obviamente sin dejar de lado su naturaleza, todo lo cual derivó y sigue derivando tragedias, muerte y lágrimas, desplazamientos, y atroz injusticia.
Pensamos particularmente en la necesidad de la verdad y en el dolor de las víctimas del conflicto.
Estamos convencidos que nuestra obligación en este momento de la vida nacional es aportar sin temor, a la historia de Colombia y a la solución del conflicto, contribuyendo con confesiones, develaciones y señalamientos, sin escatimar nuestra responsabilidad; sin dejar de lado, eso sí, la verdad de a puño que por circunstancias que colectiva e individualmente pondremos de presente, muchos de los abajo firmantes no solo hemos sido victimarios sino víctimas. Ya tendrán ustedes, respetados destinatarios de esta misiva, la oportunidad de ponderar y juzgar debidamente lo que acá se afirma.
Distinguidos magistrados y magistradas, comisionados y comisionadas, señora Directora: Debemos repetirlo una y otra vez por ser una decisión tomada a consciencia por todos y cada uno de nosotros: De cara a las víctimas y a la sociedad, queremos aportar verdades, algunas ya conocidas, otras que han venido estando guardadas por mucho tiempo y que no se conocen en estrados judiciales ni extrajudiciales, para hacer realidad la reconciliación buscada, la reparación y la no repetición.
Debemos anticipar que, en distintas cárceles del país hemos adelantado contactos con reclusos que han perdido la libertad por razones de igual naturaleza a la nuestra, y que están interesados en tomar la misma iniciativa que hoy nosotros ponemos en conocimiento del SIVJRNR y de nuestros conciudadanos (cárceles: Centro Penitenciarioa Regional de Alta Seguridad de Cómbita; Cárcel de Máxima y Mediana Seguridad La Tramacua de Valledupar; Centro de Reclusión Rodrigo de Bastidas de Santa Marta; Cárcel Modelo de Barranquilla; Penitenciaría de El Bosque de esa misma ciudad; Cárcel de Máxima Seguridad de Itagüí y Cárcel Bellavista de Bello, entre otras).
Es nuestra pretensión, como igualmente la de ellos, acudir voluntariamente a la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición, acogernos a la Jurisdicción Especial para la Paz, y algunos, a concurrir igualmente a la Unidad para la Búsqueda de las Personas dadas por Desaparecidas, con las debidas garantías de distinto orden. Lo anterior, porque garantías serias y coherentes de parte de la Comisión de la Verdad y la JEP para los actores del conflicto (presos y en libertad), generarían un proceso de verdad y reparación sin antecedentes en la historia nacional.
Como primer paso, desde ahora mismo, invitamos al señor Presidente de la Comisión de la Verdad Francisco de Roux Rengifo SJ, y a su equipo de trabajo, a hacer presencia en este Centro Penitenciario lo más pronto posible, en donde encontrarán la mayor acogida y nuestra total voluntad de aportar a la construcción de la paz total definitiva, nuestro fervoroso reconocimiento a la inmensa tarea que viene adelantando con sus colegas a lo largo y ancho del país, y nuestro deseo de que se escuche de viva voz nuestro compromiso individual, el de cada uno de nosotros, con la verdad, las víctimas, la reparación y la no repetición, y con la Jurisdicción Especial para la Paz, y la Unidad ya varias veces aludida.
De nuestra consideración,
El Comité de Presos por la Verdad de Colombia, Capítulo La Picota