Joven secuestró a su amigo de infancia y tras pedir millonario rescate lo asesinó
El secuestrador resultó ser un amigo de crianza de la víctima, quien además le había permitido vivir en su casa durante años.
La tragedia para una familia en Santander parece no acabar luego de que en agosto de este año el joven Nicolás Ayala, de 20 años, fuera secuestrado por desconocidos cuando se dirigía de su trabajo a la casa.
Todo inició el 18 de agosto cuando Ayala, tras finalizar una jornada laboral, salió con dirección a su hogar, pero nunca llegó.
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Los familiares, desde ese día, perdieron el rastro de su ser querido; sin embargo, días después de su desaparición recibieron una llamada que les informaba que Nicolás estaba secuestrado y que para su rescate se exigía la suma de 120 millones de pesos.
Ante la desesperada angustia por rescatar sano y salvo a Nicolás, sus familiares lograron, después de varias semanas, acordar con los delincuentes el pago de 80 millones de pesos.
Pese al acuerdo pactado, de un momento a otro, se perdió contacto con los captores y de nuevo creció la incertidumbre por saber qué pasaba con el joven secuestrado.
Entre tanto la Policía trabajaba para ubicar tanto a la víctima, como a sus secuestradores y tras una investigación de dos meses lograron dar con una vivienda en la que fueron capturadas dos personas, relacionadas con el rapto; sin embargo, Nicolás no fue encontrado en ese lugar.
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La mayor sorpresa fue cuando un tío del joven identificó a uno de los secuestradores. Se trataba de un amigo cercano a Nicolás, con quien vivió y se crio durante su infancia.
Al ser interrogados sobre el secuestro, los capturados confesaron que Nicolás estaba muerto, y aunque no supieron aclarar el por qué, contaron que había sido asesinado y enterrado en una fosa ubicada a las afueras del municipio.
Los mismos delincuentes llevaron a las autoridades hasta el lugar donde, tras una excavación, fueron encontrados restos que fueron trasladados a Medicina Legal para su identificación.
Esta semana la entidad confirmó que, efectivamente, los restos corresponden al joven Nicolás Ayala y se trabaja para determinar las causas de su muerte.
En medio del dolor por el triste final de su ser querido a manos de su propio amigo, los familiares de Nicolás piden que el caso tenga una condena ejemplar y que se logre determinar con exactitud qué fue lo que pasó para que terminaran matando al joven pese a que ya se había logrado un acuerdo de pago para su liberación.