Santiago de Chile, con una nube de contaminación sobre sí
La capital chilena anunció una serie de medidas para hacerle frente a la emergencia ambiental.
La capital de Chile, de 7,2 millones de habitantes, amaneció este sábado bajo una nueva preemergencia ambiental debido a la mala calidad del aire, provocada por la poca ventilación de la zona enclavada en un valle rodeado por montañas. La medida, decretada por la Intendencia de la región metropolitana de Santiago, prohíbe "la circulación de vehículos no catalíticos" cuyas placas terminen en 1, 2, 3, 8, 9 y 0.
Sin embargo, expertos han considerado que esta iniciativa tendrá "un efecto casi nulo" por cuanto en el parque automotor de la capital chilena casi no hay vehículos sin sello verde.
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También se restringió la circulación de aquellos provistos de convertidor catalítico inscritos antes del año 2012 con patentes (placas) terminadas en 4 y 5. La medida incluye además la prohibición de realizar quemas agrícolas en toda la región, como también el uso de calefactores a leña o sus derivados. Asimismo, se ordena la paralización de las 324 fuentes estacionarias que forman parte de un gran establecimiento industrial, cuyos titulares no acreditaron la medición de sus emisiones vigente.
La autoridad advirtió que la Superintendencia del Medio Ambiente y Carabineros de Chile, junto a otros organismos, fiscalizarán el cumplimiento de estas medidas. Las restricciones se extenderán entre las 07.30 y 21.00 hora local (11.30 y 01.00 GMT del domingo), salvo los de carga, cuyo horario de restricción rige entre las 10.00 y las 18.00 hora local (14.00 y 22.00 GMT de hoy). Las medidas tienen por objeto resguardar la salud de los habitantes de la región, señaló la Intendencia, que llamó a respetar las disposiciones.
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Santiago de Chile está enclavada en un valle rodeado de montañas, por lo que en los meses de otoño e invierno la calidad del aire suele empeorar debido a la ausencia de brisas que diseminen las partículas nocivas, así como por el fenómeno de la inversión térmica. Este último consiste en que la temperatura en la superficie es menor que en altura, por lo que las partículas nocivas se mantienen a nivel del suelo.
La contaminación aumenta la ya alta prevalencia de enfermedades respiratorias en esta época del año, en especial entre niños y adultos mayores, que cada año se cobran cerca de 4.000 fallecimientos en el país, mientras en lo que va de 2019 se contabilizan 24 fallecidos por influenza. Según un informe de Greenpeace y AirVisual, que mide el índice de calidad del aire con base en los niveles de partículas finas conocidas como PM2,5 difundido el pasado 5 de marzo, de las diez ciudades suramericanas más contaminadas del mundo, nueve son chilenas, entre ellas la capital.