El dilema de Gustavo Petro: volver o no al Senado tras perder con Iván Duque
El ahora exaspirante manifestó en varias ocasiones que su deseo no consistía regresar al Congreso de la República.
Gustavo Petro, ex candidato presidencial, manifestó en reiteradas ocasiones que no le llamaba la atención ser senador una vez más, cargo al que tiene derecho luego de ocupar el segundo lugar en las elecciones presidenciales.
Petro dijo que no contemplaba regresar al escenario del legislativo y rehusó decir si ello significaba que renunciaría a la curul. Ahora, confirmada su derrota definitiva en los comicios presidenciales, es incierto si hará parte del Congreso de la República, que asumirá labores desde el 20 de julio, o si tomará otro rumbo político.
Petro llegó a la Cámara de Representantes en 1991, un cargo que repitió entre 1998 y 2006, y posteriormente se convirtió en senador (2006-2010). Ahí se dio a conocer por sus encarnizados debates sobre corrupción y denuncias contra la parapolítica, como se le llama en el país a los vínculos de paramilitares con políticos.
Estas aumentaron en el segundo gobierno del expresidente Álvaro Uribe (2006-2010), del que es acérrimo opositor y a quien solía citar en sus discursos por ser el padrino de Duque. Petro consolidó su carrera en la política colombiana cuando alcanzó la Alcaldía de Bogotá en 2012, un cargo que desempeñó no sin polémica, ya que, según sus detractores, dejó la ciudad en el caos.
Sin embargo, hay quienes consideran que bajo su mandato se avanzó en materia social, como cuando se decretó el suministro de agua gratis para los estratos más bajos, impulsó programas para tratar la drogadicción o para la protección de animales, entre otros. También fue primer secretario de la embajada de Colombia en Bélgica entre 1994 y 1996, cuando tuvo que dejar el país por amenazas de muerte.
Este fue uno de los momentos más duros en la vida del candidato, ha explicado en repetidas ocasiones su mujer, Verónica Alcocer. Curiosamente, el día de su nacimiento es el mismo de la fundación de la guerrilla Movimiento 19 de Abril (M-19), a la que se vinculó a los 17 años con el alias de "Aureliano", por el personaje del coronel Aureliano Buendía de "Cien años de Soledad", y que lo llevó dos años a la cárcel. Tras su liberación, se dedicó de lleno a la vida política hasta que llegó a la Cámara de Representantes en 1991.