“Tiene que entregar un regalito”: escándalo por uso de información de la Superintendencia a cambio de no cerrar clínicas y hospitales
La FM de RCN revela audios de una conversación entre el director de varias clínicas y un supuesto intermediario de la SuperSalud. La entidad lo niega.
La Superintendencia de Salud publicó este martes 14 de noviembre un comunicado respondiendo a una grave denuncia que empezó a desprenderse en Barranquilla. “La Superintendencia Nacional de Salud rechaza las afirmaciones realizadas por el señor Iván Gabriel Reátiga Hernández, en representación de la IPS Fundación Campbell, sobre una presunta extorsión de un supuesto funcionario de esta superintendencia”, dice el texto.
La respuesta del superintendente Ulahy Beltrán fue tan enfática que anunció denuncias por calumnia contra el representante de la IPS y contra otra persona de cuyo nombre no se sabía nada. Sin embargo, La FM de RCN Radio conoció audios y documentos que demuestran que habría un hombre cobrándole a directores de clínicas y hospitales en Barranquilla a cambio de que la Superintendencia de Salud y las secretarías no tomaran medidas en su contra como el cierre de los establecimientos.
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Iván Gabriel Reátiga es el representante de la IPS Fundación Campbell. Desde hace una semana, su centro clínico en Barranquilla empezó a recibir unas visitas de una persona que tenía mucha información privilegiada de Bogotá y que le pedía una reunión urgente. El personaje era Alberto Mario Llinas y aseguraba tener amigos importantes que querían tener un acercamiento con Reátiga por una de sus clínicas en Santa Marta. Llinas llegó hasta la recepción de la clínica, pidió ubicar a Reátiga, y el asesor de este lo puso al teléfono. Esta es la primera llamada de los audios que revela La FM.
“Tiene que entregar un regalito”: escándalo por uso de información de la Superintendencia a cambio de no cerrar clínicas y hospitales
-Buenas tardes, doctor. ¿Cómo está? Con Julio González, Santa Marta.
-Hola, Julio. ¿Cómo estás? Muy bien, sí, señor. Yo estoy aquí con el señor Alberto Llinas. Ya se lo pongo a él. Le paso el teléfono.
-Dale. Listo, sí, señor.
-Cuéntenme doctor, ¿cómo están ustedes?
-Muy bien, Alberto. Es que me dicen que tú y yo nos conocemos. ¿Puedes refrescar la memoria?
-¡Hombre! Claro que sí. Vea, usted no se acuerda cuando el COVID, que yo estuve por ahí en unas reuniones que se hicieron cuando prácticamente se entregaron las primeras dotaciones de los ¿cómo es que se llama? De los municipios. Yo voy a recoger allá unas cajas de tapabocas. Bueno, de todas maneras yo soy hijo de Alejandro Llinas, hermano de José Vicente Llinas. ¿Ya? Tengo de amigos los mismos amigos que tú tienes pero un poquito menos que los tuyos porque como tú siempre estás tan alto. ¿Ya? Pero ir a aceptar un favor, creo yo, lo tomas como un favor que nos quieren, ¿no? Puedo llegar a Barranquilla, nos sentamos, hablamos.
-No, no, por mí no hay problema. No hay problema, si quieres te espero. Dime cuándo vienes a Barranquilla y conversamos.
-Claro que sí. ¿Mañana le serviría? Dígame una hora, mañana. Mañana puede ser.
-Puede ser mañana, once de la mañana. ¿Te parece? Once de la mañana, perfecto. ¿En qué sitio quiero si nos tomamos algo? No, puede ser en la oficina. Ellos conocen la oficina. Mañana es viernes.
-¿Sí, mañana? En la oficina. Entonces que me den el número de tu oficina y tu número, ¿te parece bien?
-Sí, lo puedes anotar ahí que te lo den y todo.
-Ah, bueno. ¿Tu nombre es, perdóname, para darlo en la recepción?
-El nombre mío es Alberto Mario Llinas Rodríguez. Alberto Mario Llinas Rodríguez.
-¿Tú eres hermano de José?
-Sí. De José Llinas. Bueno, Alberto Mario. No, José Llinas Redondo. Ah, ahora sí. Yo soy hermano de José Vicente Llinas, el ganadero de Sabana Larga.
-Ah, ya, ya, ya, ya. De Chepe, yo soy el hermano de Chepe.
-Nosotros vamos a inaugurar el rancho. Bueno, listo, quedamos así. Me vas a sacar seguido y vas a decir ya nos hemos visto un par de cuatro veces cuando tenía Armando allá en la Gobernación.
-A veces nos mirábamos por ahí por la esquina.
-Ah, bueno, entonces, listo, no hay problema. Yo mañana le doy la razón a la recepcionista y te espero a las once de la mañana.
-A las once de la mañana estoy allá y conversamos. Yo sé que tú eres un hombre amplio igual que yo. ¿Oíste? Listo, pues, ok. Bueno, pues, perfecto. Ok, chao.
Un día después de esa llamada, el viernes 10 de noviembre, el supuesto enviado de la Supersalud llegó puntual a las 11 de la mañana al centro clínico de Reátiga en Barranquilla el pasado viernes y tuvieron la esperada reunión. Sin que lo supiera, el supuesto funcionario de Bogotá fue grabado durante 12 minutos. En el audio se evidencia cómo Llinas usa un lenguaje indirecto para al final realizar una extorsión y pedirle al director de las clínicas que debía presentar un “regalo" con el fin de alivianar la situación y las visitas para evitar cierres de sus clínicas.
Reátiga, quien habló previamente con esta emisora, aseguró que lleva meses de lo que para él son amenazas y acoso de la Superintendencia con el anuncio de posibles cierres a varias de sus clínicas.
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De hecho, una de sus centros hospitalarios en Cartagena fue cerrado recientemente por una irregularidad en el estado de una pared durante un fin de semana. En el siguiente audio, el supuesto enviado de Bogotá le dice al director Reátiga que, con su regalo, las cosas se solucionarían en Bogotá y que el problema es que aparentemente había una funcionaria “cachaca que quiere “joder”, pero que, de nuevo, con los regalos, todo quedaría resuelto. Este es el apartado de la grabación:
-Y el jefe me dice hijueputa, y ahí me pone que le pongas la de 800 a la universidad y que él te la haga a mamar, una pata que te la haga a mamar entonces, pero el jefe me dijo, ve y háblate con los muchachos para que ellos llamen al jefe, yo digo, ¿qué pasó? porque así era que tenía que suceder y para que ellos tomen control de que ellos no están manejando cualquier pichurria, jefe que están manejando una clínica que por tener esta silla mal puesta y el día que venga el hijo de puta (ininteligible), ¡no, joder! que porque ese tablero está sucio y el man llegó y le arruinó un baile y todavía está sucio y ahí tiene ya problemas con la autorización con la no se qué, ellos van a buscar últimamente todo porque la cuestión de tu amigo de arriba es, mochen por aquí, mochen por allá, para él poder despacharle a sus amigos y tú lo sabes. ¿Qué hacer? El jefe me dijo que te mandara lo que era, que le dijera a ellos pero ayer hablamos en la noche y me dijo, diles que me manden el regalo a ella que a nosotros no nos interesa joder! por eso,
-pero ¿cómo le mando el regalo a ella y cuánto calculas tú?
-Bueno, mira, el regalo tú me lo entregas, yo se lo entrego al gran, Chiquitajo yo no sé
-¿A quién?
-Al Chiquitajo, yo le digo Chiquitajo para que el nombre no se de y él enseguida el lunes ya te lo bajo, pero es que ya lo bajó, incluso ayer, cuando él ya no entiendo, él lo que quiere es ya mandarla a la Secretaría Distrital de que ya todo está listo, eso, él me dijo,
-¿cómo le doy?
-Yo le entrego el martes cuando llegue su regalo a ella eso es lo que tú tienes que proponerme ahora, yo te mandé un número, ahora tú manda el otro y me dice Alberto, 20 de la tarde, 20 de la mañana para que le entregues al 10 tú digas, pues él que tiene la capacidad, y te va bien con nosotros porque él te va a estar cuidando ahora (…).
El supuesto intermediador llegó y salió de la clínica en Barranquilla en una camioneta Ford blanca, pero para sorpresa del personal de la reunión llevaba consigo documentos oficiales de la Superintendencia con intercambios de comunicación entre la superintendente delegada para servicios de salud, Beatriz Eugenia Gómez Consuegra, y el secretario distrital de salud de Santa Marta, Jorge Bernal Conde. Esta comunicación reservada del primero de noviembre da cuenta de detalles sobre el seguimiento a los condiciones de la Clínica Bahía de esa ciudad, y se señalan incumplimientos de las condiciones para la calidad de los servicios a los pacientes.
“En virtud de lo anterior, la Secretaría Distrital de Salud deberá rendir informe a este despacho de todas las gestiones llevadas a cabo en virtud de este traslado, para lo cual se le confiere un plazo perentorio de ocho (8) días hábiles, contados a partir del día siguiente del recibo de esta comunicación”, dice el documento cruzado entre la Supersalud y la Secretaría de Santa Marta.
La Superintendencia le solicita a la Secretaría un informe de las acciones llevadas a cabo en los siguientes ocho días. En ese periodo, el presunto mensajero de Bogotá solicitó la reunión con el director de la clínica y llevó los documentos sin que se explique por qué los tenía en su poder y cómo pudo haber accedido a ellos.
La Supersalud insiste en que el señor Llinas no hace parte de su planta de funcionarios.
Por Santiago Ángel y Gabriel Salazar