Viviane Morales renunció a su candidatura presidencial
La exfical dijo que su aspiración ha sido sido atacada con saña y trampa por sus detractores.
La exfiscal Viviane Morales Hoyos tomó este miércoles la decisión de renunciar a su candidatura presidencial, de acuerdo a la carta que hizo llegar a la Organización Electoral.
De acuerdo a Morales, tomó esa decisión al considerar que su candidatura fue “atacada con saña y tanta trampa por sus detractores”.
Según la exfiscal, hubo toda serie de “trampas” por parte de la cúpula del Partido Liberal al arremeter contra su aspiración.
“Una vez renuncié al Senado y me inscribí gracias al aval que generosamente me ofreció el Partido Somos, aún antes del acto oficial de inscripción, en su empeño por impedir mis derechos, demandaron mi candidatura con el ardid leguleyo de una supuesta doble militancia”, señaló.Además, según ella, aunque el Consejo Nacional Electoral le dio la razón, el proceso lento dejó en entre dicho jurídico su candidatura.
“Sin duda lograron sumir la candidatura en la incertidumbre pública durante la mitad del tiempo legal disponible”, insistió.Igual, Morales dijo que todos los episodios en los cuales se intentó entorpecer su campaña le llevaron a una “asfixia económica total”, que le dejaron una “desventaja antidemocrática insuperable”. Comunicado
A continuación el texto íntegro del pronunciamiento oficial que realizó la candidata presidencial:
“Colombianas y colombianos todos A mis hermanas y hermanos de la Colombia de la Fe.
Debo asumir la decisión de interrumpir mi candidatura a la Presidencia de la República. Le he enviado mi carta de renuncia a la Registraduría Nacional.
Resulta difícil encontrar en la memoria una campaña presidencial independiente y limpia, que haya sido atacada con tanta saña y tanta trampa por sus detractores.
Las trampas evidentes con que la cúpula del Partido Liberal arremetió contra mi aspiración.
Una vez renuncié al Senado y me inscribí gracias al aval que generosamente me ofreció el Partido Somos, aún antes del acto oficial de inscripción, en su empeño por impedir mis derechos, demandaron mi candidatura con el ardid leguleyo de una supuesta doble militancia.
El Consejo Nacional Electoral me dio la razón, sin embargo, el proceso lento trajo como consecuencia que mantuvieron en entre dicho jurídico la candidatura cuarenta y cinco días de una campaña de noventa.
Sin duda lograron sumir la candidatura en la incertidumbre pública durante la mitad del tiempo legal disponible.
Superada esta batalla, nos encontramos con el bloqueo infame y discriminatorio de grandes medios de comunicación y de sus encuestadores. Nos desconocieron en los debates en una decisión premeditada por invisibilizarnos.
Como si esto no les bastara, el Consejo Nacional Electoral obstaculizó el desembolso de los anticipos financieros que me correspondían para adelantar las tareas elementales de mi campaña.
Todos sabemos que no soy una mujer adinerada y que jamás he hecho negocios con mi vida pública.
Nos llevaron a la asfixia económica total, y con ella a una desventaja antidemocrática insuperable.
Estos hechos objetivos han convertido en imposible que pueda continuar de manera responsable con mi candidatura.
La responsabilidad y la lealtad han sido dos principios rectores de mi concepción del liderazgo.
Mi candidatura presidencial nunca se redujo al simple empeño de una aspiración personal. Sé que represento unos principios y unos valores que no son en abstracto, son principios y valores encarnados en las mayorías morales de nuestra sociedad, en esos hombres y mujeres abnegados sobre cuyos hombros se edifican el trabajo y la esperanza de nuestro país. Son la gente buena, de carne, hueso y familia, que constituyen nuestra verdadera nación, nuestra verdadera cultura.