Acné, una preocupación que no se termina con la pubertad
Los problemas de la piel como el acné pueden afectar en cualquier etapa de la vida y deben ser tratados con un especialista.
¿Cuántos no odiaron pasar por la pubertad y ver cómo los cambios corporales influyeron en su vida diaria? A esos cambios se sumó el acné, una afección de la piel que se convierte en ocasiones en algo molesto y desagradable para la vista.
¿Qué es el acné y cómo se produce?
Esta enfermedad cutánea afecta a los folículos pilosos que se obstruyen por cuenta de la grasa y las células muertas que tiene la piel. Estas obstrucciones pueden generar brotes y lesiones que usualmente se llaman barros o espinillas.
Aunque usualmente estas lesiones aparecen en el rostro, en algunas personas estas se pueden localizar en el pecho, la espalda, los hombros e incluso en partes del cuerpo más privadas.
Causas del acné
Pese a tener muchas causas, el acné se produce por factores hormonales, antecedentes familiares, la edad o el consumo de algunos medicamentos.
Asimismo, puede empeorar si se tiene algún hábito que pueda hacer que los poros no puedan respirar de buena forma. Entre esas se encuentra: consumo de ciertos alimentos, estrés, utilizar ropa ajustada o frotarse la piel de manera agresiva y fuerte.
Entre los factores externos se encuentra la polución y la humedad, situaciones que están ajenas a la personas pero que pueden acumular impurezas, grasa y células muertas en los poros.
El acné, una enfermedad que no solo se da en la pubertad
Cómo ya se mencionó, la época de la vida donde más se evidencian estas lesiones cutáneas es en la pubertad, momentos donde se pasa de ser niño a convertirse en un joven y comprende de los 9 y 11 años.
No obstante, esto puede afectar en cualquier edad, sin distinción de raza o sexo. En la adolescencia los hombres son los que más sufren con esta afección. En cambio, para las mujeres esto sucede con mayor frecuencia en la edad adulta.
¿Cómo prevenirlo?
Aunque existen diferentes tipos de acné (espinillas blancas, puntos negros, barros, entre otros) las más comunes son tratadas con una rutina de limpieza.
Sin embargo, si estas soluciones comerciales no son efectivas, la mejor manera de tratarlo es con un tratamiento recomendado por un dermatólogo, quien le dará opciones terapéuticas, como cremas, geles o lociones, que evitarán que los poros o folículos pilosos se tapen.