Cálculos renales: mitos, verdades y cómo prevenirlos
Los cálculos renales son una de las afecciones más comunes en el sistema urinario, pero aún persisten muchos mitos sobre su origen, síntomas y prevención.
El dolor causado por los cálculos renales es uno de los más intensos que una persona puede experimentar, llegando a dificultar hasta el hecho de mantenerse erguido o respirar con normalidad. Estas masas de minerales y sales que se acumulan en los riñones pueden obstruir las vías urinarias y, si no se tratan a tiempo, generar problemas más graves, como la insuficiencia renal crónica.
Causas
Los cálculos renales, también conocidos como piedras en los riñones, se forman cuando el cuerpo no elimina adecuadamente los minerales a través de la orina, lo que lleva a la acumulación de pequeñas piedras. Aunque muchos creen que los alimentos son la causa principal de estos cálculos, lo cierto es que su formación depende del metabolismo del cuerpo.
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Según el nefrólogo Carlos Rosselli, “un tercio de los casos tiene antecedentes familiares relacionados con trastornos metabólicos, y en su mayoría provienen del consumo excesivo de proteínas de origen animal, sodio y oxalato, uno de los componentes clave de los cálculos”. Los alimentos como el jugo de uva, el maní, la cola y el ruibarbo son ricos en oxalato, lo que puede aumentar el riesgo de formación de cálculos.
Además de la dieta, las enfermedades metabólicas, como el hiperparatiroidismo o niveles elevados de calcio en la sangre, también pueden desencadenar la formación de cálculos. En este sentido, la prevención es fundamental, y uno de los consejos más importantes es mantener una hidratación adecuada.
No solo se trata de cuánto agua se ingiere, sino también de cuándo y cómo se consume. El urólogo Gabriel Moyano recomienda una distribución constante del consumo de líquidos a lo largo del día, sugiriendo beber un litro de agua por la mañana, medio litro por la tarde y medio litro por la noche. “Es importante mantener los riñones hidratados de manera constante”, explica.
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Mitos sobre los cálculos
A pesar de la intensidad del dolor, algunos mitos populares rodean los cálculos renales. Por ejemplo, muchas personas creen que los lácteos son responsables de la formación de estos cálculos. Sin embargo, según los expertos, eliminar los lácteos de la dieta no es recomendable, ya que el calcio presente en estos productos ayuda a prevenir la osteoporosis.
También se cree que los cálculos grandes causan más dolor, pero esto no siempre es cierto. Los cálculos que tienen entre 1 y 2 cm de diámetro son especialmente dolorosos porque tienen más dificultades para llegar a la vejiga, lo que puede causar obstrucción y dolor agudo.
Por otro lado, se han popularizado ciertos remedios caseros, como el aceite de ricino, que en realidad no ayudan a expulsar los cálculos. Según los especialistas, lo único que estos remedios logran es aumentar la ingesta de agua, lo que podría ser útil, pero no necesariamente resuelve el problema.
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Cuando los cálculos son pequeños, pueden ser expulsados de manera espontánea con analgésicos y una adecuada hidratación. Sin embargo, los cálculos más grandes pueden requerir intervención quirúrgica. Afortunadamente, la extracción de cálculos renales ha mejorado considerablemente con el paso de los años, y hoy en día existen métodos menos invasivos que en el pasado.
Es importante tener en cuenta que los cálculos renales pueden aparecer de manera recurrente, e incluso pueden formarse varios a la vez. En casos de personas jóvenes, especialmente menores de 25 años, que sufren de cálculos, se debe investigar más a fondo el origen de la afección para prevenir complicaciones mayores.