Casos de depresión y ansiedad aumentan en un 25 % en el mundo
La depresión y la ansiedad son los trastornos más comunes en los seres humanos, según la OMS.
De acuerdo con la OMS, la depresión y la ansiedad son los trastornos más comunes en los seres humanos. De hecho, en su más reciente informe: ‘Transformando la Salud Mental para Todos’ la entidad indica que estas condiciones han aumentado en más del 25% desde que comenzó la pandemia, lo que se suma a las casi mil millones de personas que ya vivían con un trastorno mental.
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En Colombia, según el Ministerio de Salud, el principal motivo de atenciones en salud mental está relacionado con la ansiedad. Incluso, durante el año pasado, la línea de atención a la salud mental (192 opción 4), atendió 18 mil casos, siendo el 18,9% de estas, llamadas a causa de síntomas de ansiedad.
Uno de los tipos más frecuentes es la ansiedad social, la docente de la Universidad Antonio Nariño (UAN) y Magíster en Psicología Clínica, Sonia Rodríguez, explica que: “Este es un patrón persistente de miedo intenso ante diversas situaciones sociales que implican procesos de interacción y/o actuación en las que hay posibilidad de ser evaluado negativamente. Es frecuente que las personas con ansiedad social generen respuestas fisiológicas como palpitaciones, temblores, rubor en el rostro, dolores de estómago o cabeza, sensación de desmayo o de tener un nudo en la garganta”.
A pesar de ser un trastorno común y aparentemente inofensivo, algunas de sus consecuencias son: Tener un número de amigos limitado, dificultad para conseguir pareja, aumenta la posibilidad de ser víctimas de abuso psicológico, depresión y tener trabajos que no corresponden a su calificación por su deseo de mantener un bajo perfil. En el caso de los adolescentes y los niños es frecuente que tengan menos relaciones íntimas, afectividad negativa, pesimismo social, menos apoyo social percibido, bajo rendimiento escolar y mayor riesgo de fracaso escolar.
“Los temores sociales son adquiridos, pueden aprenderse al observar el temor en los demás o por la transmisión de información, pero también pueden desarrollarse luego de que se ha estado expuesto a experiencias humillantes o estresantes'', explica la docente de la UAN, Sonia Rodríguez.
De esta manera, el apoyo psicológico es fundamental en el tratamiento de este trastorno, sin embargo, algunas terapias o prácticas alternativas pueden ayudar a disminuir los síntomas o malestares causados por la ansiedad social.
Por ejemplo, Rodríguez afirma que las prácticas mindfulness permiten a la persona centrarse en la experiencia presente sin juzgarla ni tratar de cambiarla sin ir al pasado, ni anticipar el futuro reduciendo así las respuestas fisiológicas que resultan de la ansiedad. Por otro lado, participar en las interacciones sociales a pesar de la ansiedad puede contribuir a la reducción de esta, ya que mantener unos estándares de socialización que no tengan como meta final la perfección resulta muy saludable.
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Así las cosas, siendo la ansiedad social un trastorno tan común, es necesario prestar particular atención y actuar de forma anticipada ante algún caso de emergencia. Velar por la salud mental es una tarea de todos, pero principalmente, un deber personal.
“Cuando se detecta un posible trastorno de ansiedad, se puede buscar ayuda terapéutica para trabajar en sí mismos y hacer una detección temprana de comportamientos que se pueden intervenir oportunamente”, concluye la experta en Psicología Clínica de la UAN.