Falta de deseo: ¿A qué edad las mujeres pierden las ganas?

No hay una edad específica en la que las mujeres pierdan o comiencen a perder su deseo. Algunas pueden ser jóvenes y tener algún acontecimiento que luego afecte su deseo, como una cirugía o un trauma. Otras mujeres pueden seguir manteniendo un alto deseo hasta sus 70 u 80 años. La investigación muestra que es más común que las mujeres de 45 a 64 años informen problemas sexuales: en general, el 44% informa problemas y el 12% informa problemas angustiantes. La baja libido es el problema sexual angustiante más comúnmente informado por las mujeres. 

Muchas cosas pueden influir en el deseo. Las causas pueden incluir cambios fisiológicos como cáncer, trastornos ginecológicos, medicamentos, fatiga, síndrome genitourinario de la menopausia u otros problemas médicos; preocupaciones psicológicas o emocionales como ansiedad/estrés, depresión, mala autoimagen, abuso o trauma y abuso de alcohol o sustancias, relaciones interpersonales como problemas de rendimiento o técnica del compañero, falta de pareja, problemas de relación o comunicación; o influencias socioculturales que incluyen educación sexual limitada, conflictos con valores religiosos, personales o familiares o tabúes sociales. 

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Normalmente, las mujeres le dirán a sus proveedores de atención médica que tienen menos interés o deseo. No se considera una disfunción a menos que les cause angustia y/o afecte negativamente su relación. Algunas notan una disminución en el deseo, pero lo aceptan. 

El enfoque para evaluar y tratar el bajo deseo es similar independientemente de la edad. Primero, identificar si está causando angustia es importante, porque si no lo está, no se considera una disfunción. 

Si una mujer está angustiada por su bajo deseo, entonces comenzamos preguntando sobre los contribuyentes biopsicosociales y luego abordando los factores que pueden ser más propensos a influir en sus síntomas. Si no hay explicación para el bajo deseo, es posible que esté experimentando trastorno del deseo hipoactivo (TDSH).

Si ese es el caso, entonces el tratamiento depende de la etapa menopáusica. Para las mujeres premenopáusicas, en los Estados Unidos tenemos dos tratamientos aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA): bremelanotida y flibanserina. 

Si una mujer está postmenopáusica, un proveedor de atención médica puede considerar ofrecerle testosterona fuera de etiqueta, no aprobada por la FDA, y dosificarla para mantener sus niveles en un rango premenopáusico psicológico. Ahora hay dos pautas que ayudan con esto: el consenso mundial sobre el uso de testosterona en mujeres postmenopáusicas y la pauta de la Sociedad Internacional para el Estudio de la Salud Sexual de la Mujer (ISSWSH)".