Ligadura de trompas ¿En qué consiste?

En el procedimiento que dura en promedio media hora, se hacen dos pequeñas incisiones en el contorno del ombligo, allí es posible llenar de gas el abdomen para dilatarlo con el objetivo de que el cirujano pueda observar el útero y las trompas de Falopio. Luego se inserta una sonda con una pequeña cámara en un extremo y por medio de un pequeño corte se utilizan los instrumentos que inhiben las trompas. Paso siguiente, se cauterizan las trompas sellándose con un pequeño gancho o banda, teniendo como opción también la extirpación total por medio quirúrgico.

La ligadura puede hacerse también una vez la mujer da a luz por medio de una incisión en el ombligo o en una cesárea.

¿Cuáles son sus riesgos?

Como todo procedimiento invasivo, existe una mínima exposición o peligro, en este caso los de la ligadura de trompas, son:

• Un cierre parcial de las trompas, lo que podría terminar en un posible embarazo no deseado. En promedio, 1 de cada 200 mujeres que han optado por este procedimiento ha quedado en embarazo en el futuro.
• Aumento del riesgo de embarazo ectópico, es decir, que el ovulo fecundado crece fuera del útero, lo que puede terminar en un aborto espontáneo y generando una emergencia médica si llega a haber desgarro.
• Traumatismo en órganos o tejidos alrededor originados por instrumental quirúrgico.

¿Por qué debe hacerse esta intervención?

Este tipo de cirugía se aconseja para aquellas mujeres adultas que tienen plena convicción de que no quieren ser madres en el futuro.

Una de las utilidades de la ligadura es la disminución del riesgo de contraer cáncer de ovario, además de una forma segura de prevenir embarazos.

Puede haber la posibilidad de que mujeres entre los 40 y 50 años que tienen algún familiar propenso al cáncer de ovario o que lo ha padecido, se decidan por este método para disminuir un riesgo posterior de contraer esta afección.