No se mate. Hable

“Hay que sacar de las sombras el problema de salud mental y empezar a hablar de él en primera persona, Iván Darío González, viceministro de Salud Pública y Prestación de Servicios. 

¿Está seguro usted en este momento de que goza de una buena salud mental? ¿Tiene la certeza de que los pequeños aspectos de la vida diaria no le afectan? ¿Cuándo fue la última vez que tuvo una conversación abierta y honesta sobre sus sentimientos, sobre cómo se está sintiendo?

En Colombia, durante el 2018 aproximadamente 78 personas por día intentaron suicidarse antes de responderse esas preguntas. 2696 lo lograron. La cifra más alta en 10 años. Seres humanos a los que ya no podremos nunca hablarles ni escucharlos. Se llevaron consigo quizá uno de los mayores estigmas en nuestro país: padecer alguna afectación en su salud mental y no hablar de ello, tal vez, por el miedo de ser tildados como locos. 

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Según Iván Darío González, viceministro de Salud Pública y Prestación de Servicios, reconocer los miedos y las angustias propios es el primer paso en el desarrollo de entornos saludables en los que exista un diálogo franco y se pongan sobre la mesa -en la familia, en el trabajo y los distintos ámbitos del día a día- la verdad sobre las emociones generadas en situaciones concretas que nos afecten “Sin ningún tabú. Porque a usted no le daría pena decir que tiene diabetes, por ejemplo. Pero si le da pena decir que está deprimido, que tiene ansiedad. Que tiene un tema afectivo o económico que lo está afectando”. 

El Gobierno en Colombia ha estado recabando datos sobre la asociación de afectaciones físicas relacionadas con salud mental, dice el viceministro, y han encontrado que de cada cuatro personas que asisten al doctor por dolores en su cuerpo, una, tiene una relación directa con su salud mental. 

El diálogo se convierte entonces en una de las principales herramienta para la calidad de vida de los colombianos y para combatir desenlaces fatales en quienes no encontraron esa salida.  “Se trata de hablar con mucha mayor naturalidad de estas emociones para buscar soluciones que siempre las hay”, concluye el viceministro González.