Personas con COVID-19 ya no tendrán que aislarse por 5 días, dicen autoridades de Estados Unidos
Si la persona ya no tiene síntomas, solo debe esperar 24 horas para retomar sus actividades con total normalidad.
Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC por sus siglas en inglés) actualizaron la guía de recomendaciones para enfermedades respiratorias, en la que se incluyen COVID-19 y la gripa común.
La principal novedad del documento, publicado el 1 de marzo pasado, es que el tiempo de aislamiento para las personas que dan positivo por COVID-19 ya no tiene que ser de cinco días, sino de 24 horas, dependiendo de los síntomas.
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Si la persona siente que los "síntomas están mejorando en general" y no ha tenido fiebre (sin haber usado medicamentos que calmen la fiebre), puede "volver a sus actividades normales" dentro de al menos 24 horas.
"Cuando regrese a sus actividades normales, tome precauciones adicionales durante los próximos cinco días, como tomar medidas medidas adicionales para un aire más amplio, higiene, uso de tapabocas, distanciamiento físico y/o realizar pruebas cuando esté en contacto con otras personas en interiores", dicen los CDC.
La entidad, sin embargo, recuerda que se puede seguir contagiando el virus "incluso si se está sintiendo mejor": "Es probable que sea menos contagioso en este momento, dependiendo de factores como la duración de la enfermedad o qué tan enfermo estaba".
Si la persona vuelve a sentirse enferma y tener fiebre, debe volver a un aislamiento de 24 horas. Una vez se superen los síntomas, otra vez, la recomendación es retomar las precauciones durante los cinco días siguientes.
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¿Por qué se reduce el tiempo de aislamiento?
De acuerdo con los CDC, durante los últimos seis meses, el impacto de la enfermedad de COVID-19 ha cambiado: "El COVID-19 sigue siendo una amenaza para la salud pública, pero ya no es la emergencia que alguna vez fue, y sus impactos en salud cada vez más se aparece a los de otras enfermedades virales respiratorias, incluyendo la influenza y el virus respiratorio sincitial".
En comparación con enero de 2022, cuando se presentó un pico de contagios por la variante Ómicron, las hospitalizaciones por COVID-19 se han reducido en 90 %, así como las complicaciones asociadas a síndrome inflamatorio multisistémico y al llamado 'long COVID', o COVID prolongado.
Además, dicen los CDC, cada vez hay más vacunas y tratamientos disponibles que "reducen el riesgo" de contraer COVID severo. A esto se añade que las vacunas reducen en 50 % el riesgo de hospitalización y que se ha alcanzado un alto grado de inmunidad dentro de la población.
"Más del 98 % de la población estadounidense ahora tiene algún grado de inmunidad protectora contra el COVID-19 gracias a la vacunación, la infección previa o ambas", explican los CDC.