¿Sabe usted qué hacer ante un ataque de pánico?
La doctora Carolina Pineda, psicóloga de los Centros Médicos Colmédica, explica que estos ataques repentinos pueden desencadenar diversas reacciones
Los ataques de pánico son episodios frecuentemente malinterpretados y minimizados, aunque su impacto en la vida diaria de quienes los padecen puede ser considerable. Estas experiencias pueden aparecer de manera imprevista, generando síntomas físicos y emocionales abrumadores que alteran profundamente el bienestar.
La doctora Carolina Pineda, psicóloga de los Centros Médicos Colmédica, explica que estos ataques repentinos pueden desencadenar diversas reacciones, como palpitaciones, sudoración intensa, temblores en las manos, malestar abdominal, mareos, dolores de cabeza y otros síntomas. Por lo tanto, comprender y reconocer estos signos es fundamental para abordar de manera efectiva los ataques de pánico.
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¿Qué son exactamente estos ataques? Según la doctora Pineda, se caracterizan por la aparición súbita de un malestar intenso o miedo que provoca una respuesta de ansiedad extrema. Su inesperada llegada puede generar una sensación de pérdida total de control, llevando a quien lo experimenta a desarrollar pensamientos catastróficos que alimentan aún más la ansiedad, creando un ciclo difícil de interrumpir sin las estrategias adecuadas para su manejo.
Las causas detrás de un ataque de pánico pueden ser diversas y complejas. La actividad neuronal en la amígdala, región del cerebro central en la regulación de respuestas emocionales, especialmente en situaciones de miedo y estrés, es destacada por la Dra. Pineda como un punto clave. Eventos estresantes significativos, como la pérdida de un ser querido, enfermedades graves o traumas, pueden alterar esta actividad, desencadenando reacciones desproporcionadas que activan episodios de ansiedad y miedo intensos, culminando en un ataque de pánico.
Además, factores biológicos, genéticos, psicológicos y del entorno pueden contribuir a estos episodios. Entre ellos se encuentran desequilibrios químicos cerebrales, predisposición genética, trastornos de ansiedad previos y factores ambientales.
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Los síntomas de un ataque de pánico varían en cada persona. Según la Dra. Pineda, estos incluyen taquicardia, sudoración excesiva con sensación de calor y frío, náuseas, sensación de desmayo, temblores, dificultad para respirar, hormigueo en el cuerpo y confusión.
Para controlar estos episodios, la Dra. Pineda sugiere diferentes enfoques terapéuticos. El tratamiento farmacológico, con medicamentos prescritos por profesionales, puede reducir los síntomas y la frecuencia de los ataques. La psicoterapia, especialmente la terapia cognitivo-conductual, se centra en identificar y cambiar patrones de pensamiento y comportamiento que alimentan la ansiedad, ayudando a enfrentar los miedos que desencadenan los ataques de pánico.
La intervención temprana y la adherencia al plan de tratamiento son cruciales para gestionar con éxito los ataques de pánico. Con conciencia, educación y apoyo adecuado, es posible enfrentar y superar estos episodios angustiantes.