Subestimar nuestros sentimientos: Por qué es malo reprimir las emociones

En la actualidad, la preocupación por el manejo de las emociones es cada vez mayor, pues se han conocido muchos casos de personas que toman difíciles decisiones por algún problema que los atormenta en su vida personal o profesional. 

Por la presión social, hay quienes creen que se debe ignorar los sentimientos y reprimirlos con el fin de ser fuerte ante la sociedad y tener el control sobre todo lo que sucede en la vida, lo que puede generar un caos en una persona que no tiene la capacidad de controlar sus emociones.

Para algunas personas, reprimir estos sentimientos puede ser una buena idea, sin embargo, con el paso del tiempo puede producir algunas enfermedades y dificultades a la hora de entablar relaciones sociales. 

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La psicóloga Daniel Fonseca habló con La FM e indicó que, “las emociones son reacciones instantáneas frente a algún estímulo del ambiente y los sentimientos ya son emociones compuestas que se prolongan en el tiempo y que asociamos a diferentes estímulos del ambiente de personas y de nosotros mismos, entonces son asociaciones complejas que hacemos entre una respuesta, patrones conductuales y lo que eso implica en nosotros mismos”. 

De igual forma, los sentimientos no solamente son abstractos, pues también se pueden manifestar de manera fisiológica 

Cuando una persona subestima sus emociones y se guarda los sentimientos en el interior, es posible que genere algunas reacciones como el llanto, risa, aceleración cardiaca, inestabilidad en la salud mental y algunas emociones que llegarían a producir sentimientos intensos que se pueden manifestar con respuestas impulsivas y errores a la hora de tomar decisiones.  

Según un estudio de la Universidad de Texas, interiorizar las emociones hace que estas se fortalezcan e incremente la agresividad, lo que conllevaría algunos problemas de salud. 

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“Las emociones se concentran en ciertas zonas del cuerpo, si nosotros no hacemos el ejercicio de hacer una introspección, tener una expresión verbal o escrita de lo que está pensando o sintiendo, el cuerpo va a somatizar esas emociones para llamar la atención y que destinemos un foco atencional a eso. Esto desencadenaría problemas como migraña, dolores digestivos, problemas respiratorios y alteraciones en el estado de ánimo”, afirmó la experta.