Hospitalizan de nuevo a vigilante que fue ‘retenida’ en conjunto de Bogotá
La Fiscalía y la Superintendencia de Vigilancia realizan las respectivas averiguaciones.
La FM dio a conocer el pasado 8 de mayo el drama de una guarda de seguridad que asegura fue retenida durante un mes en un conjunto residencial, ubicado en el barrio Los Rosales, en el norte de Bogotá, hasta que enfermó y tuvo que ser hospitalizada.
Tras ser dada de alta, decidió denunciar el caso y en entrevista con La FM contó los abusos de los que fue víctima durante ese periodo de tiempo, en el que ni siquiera pudo ver a su familia y tenía que bañarse con un balde y trabajar desde las 5:30 am hasta las 9:30 pm sin parar.
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Ahora, Edy Fonseca nuevamente tuvo que ser hospitalizada desde el pasado sábado por un cuadro de estrés grave, que se suma a la diabetes que sufre, confirmó a La FM su abogado Nixon Forero.
Dijo que está internada en la Clínica de Occidente desde el 9 de mayo, día en que tuvo que entrar por urgencias en delicado estado de salud.
El abogado señaló que trabaja de la mano con la Fiscalía para esclarecer los hechos porque además habría supuestas irregularidades en la contratación de la administradora.
Sobre este caso ya se han pronunciado diferentes autoridades. La Superintendencia de Vigilancia realizó este lunes una inspección en el edificio para establecer si se presentaron faltas y la responsabilidad de la administración.
Además desde la Secretaría de la Mujer de la Alcaldía de Bogotá, señalaron que este caso podría configurarse como de trata de personas con fines de explotación laboral porque hubo negación total de su autonomía y además la vigilante vio afectada su salud por ello.
"Los dos elementos fundamentales de esta definición son: a) ausencia de consentimiento para realizar el trabajo o para anular el consentimiento dado, y b) amenaza de una pena, que puede ir desde atentar contra su vida e integridad física hasta el despido o coerción psicológica", señaló.
La mujer aseguró que la amenazaban con que perdería su trabajo si se iba a su casa, y le ordenaron quedarse trabajando ante el temor de que saliera y pudiera contraer el virus.