Ocupación de camas UCI en Bogotá para enfermedades respiratorias está en 86%

El Observatorio de Salud de Bogotá confirmó que actualmente hay una ocupación del 86% de las camas UCI destinadas para enfermedades respiratorias, debido al primer pico respiratorio del año por la circulación viral de diversos patógenos, incluyendo rinovirus, virus sincitial respiratorio, adenovirus, influenza A y covid-19.

En este momento, 980 de las 1.139 camas UCI disponibles en la ciudad están en uso, 25 de ellas destinadas a pacientes con covid-19. Esta cifra marca un aumento significativo respecto a meses anteriores, reflejando la persistente amenaza de las enfermedades respiratorias en la capital colombiana.

El subsecretario de Salud Pública, Julián Fernández Niño, enfatizó en anteriores ocasiones la importancia de las medidas preventivas y la vacunación como herramientas cruciales para mitigar los efectos adversos de estas enfermedades.

Le puede interesar: Cinco viviendas resultaron afectadas por la detonación de artefactos explosivos en Bogotá

"Es esencial que las personas de grupos de riesgo acudan a los más de 200 puntos de vacunación en la ciudad para recibir las dosis necesarias, especialmente si han pasado más de seis meses desde su última aplicación", señaló.

En Bogotá se han administrado un total de 16.407.818 dosis de vacunas contra el covid-19 hasta junio, desde el inicio del Plan Nacional de Vacunación. Solo este año se han aplicado 120.526 biológicos.

Lea también: Soacha: 100.000 familias beneficiadas con reducción del impuesto predial

A pesar de la disminución del 31,3% en el número de casos confirmados de enfermedades respiratorias en comparación con el año anterior, Bogotá registra 37 muertes a causa de estas enfermedades durante el mismo período.

La mayoría de los decesos se han registrado en personas mayores de 70 años, con comorbilidades o esquemas de vacunación incompletos.

La Secretaría de Salud hizo un llamado a la ciudadanía a mantener las medidas de prevención vigentes, como el uso de mascarillas en espacios cerrados, el lavado frecuente de manos y la ventilación adecuada de ambientes. Estas prácticas son cruciales para reducir la propagación de enfermedades respiratorias y proteger a la comunidad en general.