¿Por qué Bogotá es la ciudad de la eterna espera en cuanto a trámites se refiere?
El Estado le ha enseñado a los ciudadanos que esperar es lo normal o lo natural.
¿Cuánto se demora a diario esperando un bus, haciendo fila en un banco o pidiendo una cita médica?
Estos son algunos de los trámites que cientos de bogotanos tienen que hacer a diario con unos tiempos de espera, en la mayoría de ocasiones bastante extensos y que, según una investigación es transversal al estrato social.
Así lo dio a conocer un estudio del Politécnico Gran colombiano que analizó la larga espera y los tiempos que gastan a diario miles de bogotanos en hacer simples diligencias en entidades de pensiones, bancos y supermercados o el tiempo que destinan en trasladarse de un lugar a otro en Transmilenio.
Bajo la premisa del etnógrafo argentino Javier Auyero, en su libro Pacientes del Estado, el grupo investigador comprobó si la tesis del autor cobra vida en Bogotá y como “Hacer esperar a los pobres es una herramienta de control para el poder que les permite vigilar y castigar”.
La investigación no solo incluyó lugares públicos como instituciones o estaciones de transporte sino sitios privados en los que esperar se vuelve una norma más.
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Juliana Castellanos Díaz, directora de la Unidad de Investigación del estudio explicó en entrevista para RCN Radio que uno de los resultados más impactantes es en el sector de transporte, en el que las personas deben esperar entre 30 y 45 minutos para abordar un bus en hora pico.
“Los expertos en movilidad nos plantean que en un metro cuadrado deberían ir más o menos cuatro o seis personas máximo y lo que ocurre en Bogotá es que por ese mismo metro cuadrado usualmente van 15 personas, y esto ya es un factor de las condiciones indignas del transporte”, explicó Castellanos.
Otra de las entidades que fueron objeto de investigación fue Colpensiones, en la que los usuarios por lo general personas de la tercera edad, y según Castellanos, deben esperar entre media hora y dos horas en ser llamados. A ese tiempo se debe sumar lo que tarde la gestión frente al funcionario. “A pesar de que estas entidades cuentan con sillas para soportar la eterna espera, es evidente el disgusto, aburrimiento y el desespero que produce estar allí atentos a la pantalla de turnos”, aseguró la directora.
La observación de estas entidades se dio en diferentes sedes y horarios. Por ejemplo, otro de los lugares en que más se “gasta tiempo” es en pagar infracciones de tránsito.
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La Secretaría de Movilidad tiene habilitados cuatro puntos de atención; según los resultados del estudio el más concurrido es el SuperCade de la calle 13 #37-35, en el occidente de la ciudad. “Nosotros vimos, que los ciudadanos que van a hacer trámites llegan desde las seis de la mañana, para evitar las largas filas que se van haciendo mientras corre la jornada. Por tal razón, los que madrugan, deben esperar hasta dos horas mientras se abren las puertas. Y cuando se abren entra tal cantidad de personas que el amplio espacio del lugar es insuficiente”, explicó la investigadora.
Los bancos también son uno de los sitios en que más se presentan largas esperas a pesar de que la mayoría de entidades han introducido trámites por internet. “En las oficinas se presentan algo que se llama esperas disfrazadas que consiste en que hay sillas y unos turnos pero a pesar de esto la atención es demorada”.
Finalmente, la investigadora concluyó que la ciudad y el Estado les han enseñado a los ciudadanos que esperar es lo normal o lo natural, pero lo que hay detrás de esto es un maltrato a las personas.
“Esto se presenta en una ciudad como Bogotá porque se ha centralizado el asunto laboral en la capital y eso hace que la población crezca, generando más y más retrasos en los tramites y diligencias diarias”, señaló Castellanos.