Conferencia Episcopal llama a una transformación genuina en busca de la paz
Sin embargo, dijo que sería mejor admitir que “somos nosotros los que en muchas oportunidades nos hemos olvidado de Dios"
En el Sermón de las Siete Palabras de este viernes santo del 2024, varios arzobispos de Bogotá, Medellín, Popayán, Tunja, Cali, Barranquilla y Manizales, compartieron sus reflexiones sobre las últimas frases pronunciadas por Jesús en la cruz.
Los temas clave fueron el perdón, la centralidad de las víctimas, la búsqueda de la paz, el aborto, la eutanasia, el cuidado de la casa común, la corrupción, los desafíos sociales, el consumismo, materialismo desbordado y el rol de los jóvenes en la construcción del país.
Respecto a la frase “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”, el cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, destacó que cuando el ser humano examina con sinceridad su corazón, comprueba en sí mismo la inclinación al mal.
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De igual manera, resaltó que el perdón es una iniciativa y expresión de gratuidad y de grandeza de espíritu que solo se logra cuando hay una sintonía con la gratuidad del obrar de Dios.
Por su parte, monseñor Gabriel Ángel Villa Vahos, arzobispo de Tunja, se refirió a la cuarta palabra: “Dios mío, Dios mío, ¿Por qué me has abandonado?”.
El sacerdote señaló que algunos ciudadanos piensan que "Dios nos ha abandonado", ante los problemas que sufre el país como la inseguridad, los atentados y zozobra, que viven los habitantes de varias regiones del país,
Sin embargo, dijo que sería mejor admitir que “somos nosotros los que en muchas oportunidades nos hemos olvidado de Dios, los que nos hemos alejado de su amor”.
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Otra de las frases que sobresalieron fue: “¡Tengo sed!”. Monseñor Luis Fernando Rodríguez Velásquez, arzobispo de Cali, manifestó que el fenómeno de El Niño ha hecho que muchas personas tengan sed, que los acueductos se sequen, las represas disminuyan su nivel.
Agregó que regiones como La Guajira, Bolívar, Atlántico, Córdoba y otras en las zonas centrales de Colombia, se han visto afectadas por la falta de agua.
“La violencia, la pérdida de valores, la falta de respeto del otro y de la diferencia, el no cuidar la vida en todas las etapas de su desarrollo. Los estados de ánimo depresivos en aumento. La destrucción de la casa común, etc., son solo una muestra de que algo no está funcionando y que la sed de felicidad se quiere”, afirmó monseñor Rodríguez.
Finalmente, monseñor Pablo Emiro Salas Anteliz, arzobispo de Barranquilla, culminó la liturgia enfatizando que los facilismos y el 'descompromiso', han invadido todos los ámbitos de la vida familiar, personal y social.
“Nos gusta la vida fácil y cómoda del sofá. Pero en esta mentalidad de banalizar la existencia hay algo mucho más terrible que hace carrera en muchos colombianos: es la actitud de quienes todas sus energías, las dedican para planificar el mal, para asesinar, robar, mentir, secuestrar, desaparecer, destrozar al otro, acabar con la familia y con la vida de nuestros niños y adolescentes”, dijo.