Controversia por derribo de estatua de Sebastián Belalcázar en Popayán
Indígenas argumentan que fue un hecho de “honor”, mientras que el historiador Eduardo Durán Gómez rechazó este hecho.
En Popayán se desató controversia luego de que un grupo de indígenas del pueblo Misak, en medio de una protesta, tumbó con cuerdas la estatua de Sebastián Belalcázar, la cual estaba ubicada en El Morro de Tulcán.
En diálogo con La FM, Luis Eduardo Calambás, representante del grupo indígena Misak, dijo que este hecho es en honor a sus ancestros. “Sus hijos fueron asesinados por el Ejército de Sebastián Belalcázar, (lo hicimos) en honor a la dignificación de la memoria de los pueblos indígenas”.
Descartó que esto sea “una moda” y dijo que esto hace parte de sus planes en la construcción de “nuestra memoria histórica”.
Controversia por derribo de estatua de Sebastián Belalcázar en Popayán
Rechazó las declaraciones del alcalde de Popayán que lamentó el ataque contra el monumento de su fundador. “A Popayán nunca la fundaron, no fue de esa manera. A nosotros nos calificaron que éramos traídos del Perú para desprestigiarnos, porque en los años 70 y 80 nace la recuperación de tierras en Cauca”.
El representante indígena recalcó que es importante conocer la historia completa basada en la versión de los indígenas.
Entrevista en La FM con Luis Eduardo Calambás, representante del grupo indígena Misak
Historiador lamenta el actuar de los indígenas
En entrevista con La FM, Eduardo Durán Gómez, exdirector de la Academia Colombiana de Historia, consideró ello como un hecho lamentable que no cree esté ajustado al procedimiento para reescribir la historia.
“Si bien es cierto que muchos españoles cometieron equivocaciones en la manera como desarrollaron sus planes de conquista, el hecho de que la comunidad haya decidido erigir un monumento en su honor, eliminarlo de esa manera no es una forma propia de hacerlo”, aseveró.
Subrayó que en ese proceso de saber quién merece una exaltación a través de un monumento, debe participar toda la comunidad “no simplemente un grupo de personas que deciden de manera violenta derribar una estatua, porque resultan perturbadoras del orden público y dejan por fuera la posibilidad de un examen de la comunidad involucrada, donde todos pueden evaluar si es conveniente o no la permanencia de un monumento”.
El historiador dijo que es consciente que las estatuas siempre ha sido un tema controvertido y hay posiciones a favor y en contra, pero “lo que vemos ayer es un tema que lamentamos, lo que se quiere expresar más es una situación de momento que no debe ser permitida porque no obedece a un escenario de discusión valido”.
Entrevista en La FM con Eduardo Durán Gómez, exdirector de la Academia Colombiana de Historia