Descubren irregularidades por más de $700 mil millones en planta de Bioenergy
La Contraloría General de la República descubrió 10 hallazgos fiscales por $709.342 millones, en el proyecto de la planta de etanol Bioenergy propiedad de Ecopetrol.
Estas presuntas irregularidades fueron descubiertas por el organismo de control luego de una auditoría a esta planta que produce etanol, ubicada en el departamento del Meta.
Entre las inconsistencias más fuertes halladas por la Contraloría se encuentra que "los costos del proyecto se incrementaron de US$350 millones a US$778 millones y el lucro cesante llega a $577.824 millones".
Asimismo, el organismo de control descubrió que un miembro de la Junta Directiva de Ecopetrol, Gustavo Gaviria Ángel, era accionista mayoritario de la firma que asesoró la estructuración y cierre financiero del proyecto, y nunca se declaró impedido.
El informe también menciona otro nombre, el de Jaime Leonardo Flórez Muñoz, funcionario de Ecopetrol que fue nombrado como gerente de Bionergy en septiembre de 2009.
"Llama la atención que Flórez Muñoz pasó de estructurar el contrato EPC suscrito entre Reficar y CB&I a estructurar el contrato EPC suscrito entre Bionergy e Isolux", señaló el organismo.
De igual forma, la Contraloría reveló que Bionergy compró dos empresas panameñas, Los Arces Group Corp y Amandine Holdings Corp, que supuestamente eran dueñas de predios claves para el proyecto, y la Contraloría encontró que no había tal.
Otra de las regularidades descubiertas por la Contraloría tiene que ver con la firma Tipiel, contratada para corregir los diseños que hizo la española Isolux, encargada de la construcción del proyecto bioindustrial, "situación que generó un detrimento patrimonial por más de $11 mil millones".
Asimismo, según el organismo de control, Bionergy se hizo beneficiario del Incentivo de Capitalización Rural (ICR) cuando no reunía los requisitos legales para ello; "la operación en que se utilizó este crédito no fue rentable para cubrir los respectivos pagos".
Según la Contraloría, otra consecuencia de la no entrada en operación de la planta en el tiempo previsto, es que se perdieron las cosechas de caña de azúcar (158 mil toneladas desde el 2014).
Adicionalmente, Bionergy pagó por arriendo de predios para siembra de caña que no fueron utilizados ni explotados para tal fin.