Destinos de paz, un programa de la UAO por el desarrollo local sostenible en el Valle del Cauca
Para los aventureros hay diversas opciones.
Inspirada en la biodiversidad que caracteriza a su pueblo, doña Bethy Uribe traza las últimas pinceladas de una tángara lorito sobre un mural que embellece la entrada del corregimiento Santa Luisa, a donde llegan los turistas que visitan las montañas y cañones del río Amaime, en el municipio El Cerrito.
A pocos kilómetros, sobre la misma Cordillera Central, don Bolívar Quintero prepara un tinto en su posada ‘La Florida’, para ofrecer a los aventureros que recorren los bosques de frailejón y los prados húmedos del Páramo Valle Bonito, a 3.600 metros sobre el nivel del mar.
Ellos son protagonistas de las historias de emprendimiento que ahora son posibles en las entrañas del Valle del Cauca, con el posconflicto; historias que serán contadas por el programa ‘Destinos de Paz’ que lidera la Escuela de Turismo de la Universidad Autónoma de Occidente.
“Destinos de Paz es un programa de reivindicación, visibilización, crecimiento endógeno y bienestar territorial para aquellas zonas que fueron afectadas por el conflicto armado. El objetivo es construir colectivamente territorios desde el desarrollo local sostenible”, explica el docente Germán Morales, director de la Escuela de Turismo.
Estos son algunos Destinos de Paz
Uno de esos espacios es la Reserva Natural Bichacue Yath, que en lenga Nasa significa ‘Santuario de aves’, ubicada en el corregimiento La Leonera, dedicado a la conexión con la naturaleza, la educación ambiental, el arte y el avistamiento de aves; creado por Tomás Muñoz y Nubia Stella Gómez.
“Ha sido una oportunidad de desarrollo para el corregimiento, que durante mucho tiempo estuvo afectado por el conflicto, por la minería y por malas prácticas agropecuarias que estaban deteriorando la tierra”, comenta Muñoz.
En el Corredor Turístico de la Montaña emerge un bosque de palma de cera, que es uno de los atractivos de este destino que tiene un proyecto de turismo de naturaleza que involucra a las comunidades de la zona montañosa de El Cerrito, conocida por su rica biodiversidad, fuentes hídricas y profundos valles. “El trabajo con la Universidad ha sido lo que necesitábamos para organizarnos y mostrar todo lo que ofrece esta región, que es maravilloso”, dice orgulloso don Kamilo Escobar.
Conoce la nueva dimensión de la educación en: