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El Salado se resiste a desaparecer a pesar de dos masacres y 19 años de olvido

A pesar del temor a que se repitan las masacres, la comunidad solo desea que les cumplan y los ayuden a repoblar el pueblo.

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Actualizado:
Lunes, Enero 14, 2019 - 09:09
A pesar del temor a que se repitan las masacres, los saladeros lo que desean es que les cumplan y los ayuden a repoblar el pueblo.
RCN Radio y La Fm Cartagena

Hace más de seis meses la iglesia de El Salado, Bolívar no abría sus puertas. Sin embargo, el pasado sábado 12 de enero de 2019, las campanas invitaron a los saladeros a la eucaristía. 

Temerosos, algunos llegaron al templo, y la misa fue dedicada a la seguridad de la comunidad, que luego casi de 19 años, volvió a sentir el mismo terror de ese febrero fatídico del año 2000.

Hace ya más de una semana, El Salado está militarizado a raíz de las amenazas de muerte que vía redes sociales, recibió una líder social de la zona y su familia. 

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El Salado se resiste a desaparecer a pesar de dos masacres y 19 años de olvido

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Rafael Eusebio Torres, habitante de este corregimiento incrustado en los Montes de María, ve con dolor desde la iglesia la cancha en donde fueron asesinadas 66 personas y recuerda cómo era el pueblo antes que la muerte, el terror y la violencia golpeara en sus casas. 

“El Salado era una belleza. Todo el mundo vivía bien, todo el mundo tenía de qué vivir, era un pueblo feliz, muy feliz”, afirma Torres.

Los que aún se atreven a recordar la masacre, la definen con una sola palabra, crueldad. 

“Fueron días crueles. A lo que yo vi que entraron los grupos armados, yo dije me voy. Como tenía una casita en Sincelejo cogí a mis hijos y me fui. Yo la masacre así fuertemente aquí no la pasé. Mi esposo sí” contó una habitante del corregimiento.

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Su esposo, tuvo que esconderse tres días entre la maleza que rodea el pueblo para poder sobrevivir.

“Él cuando salió para el monte, la bala le perseguía atrás, y él se pelotió en el campo allá arriba, hasta que cayó en una cañada. Cuando cayó allí, corrió loma arriba. Cuando llegó al final, se encontró a la guerrilla. Él les dijo - yo no quiero saber nada de ustedes- y se escondió en un monte por tres días. Llegó todito aruñado, no parecía él” relató esta madre de dos saladeros.

Ahora, a pesar de que no se ha repetido la historia, las amenazas, los militares y los aviones haciendo ronda cada cierto tiempo, tienen agobiados a los habitantes del corregimiento. 2500 personas que desde el 2002 han venido nuevamente retornando a sus hogares.

“Eso fue muy cruel, es que cuando lo recuerdo,  me da todavía nostalgia. Con lo que aquí pasó, una cosa tan grande, no era para que esto lo volvieran a alarmar así como lo han alarmado. Nos sentimos agobiados” manifestó otra residente. 

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Según las autoridades, las primeras hipótesis que se tienen con respecto a las amenazas, es que al parecer serían miembros de la misma comunidad los que estarían detrás de ellas, debido a que el proceso de reparación colectiva no ha sido equitativo con todos los habitantes del lugar.

Vladimir Torres, líder social, concuerda con esta hipótesis y responsabiliza al Gobierno Nacional.

“El pueblo se desplazó completo, yo pienso que el Gobierno a la hora de hacer la indemnizaciones y las reparaciones lo tenía que hacer de la misma forma, parejo a todas las personas. Para que hoy en día no se presentara ese resentimiento que se está registrando, fracturando el tejido social y convirtiéndose en una de las razones de esta situación” indicó. 

Pero en El Salado, según lo que cuenta la comunidad, lo que en realidad necesitan es que les cumplan con todo lo que le han prometido desde hace casi 19 años.

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“Las necesidades son muchas, estamos respirando un aire contaminado con una alcantarilla hecha un desastre. En El Salado no hay un médico permanente, no hay profesores. Además, los campesinos están afrontando en este momento un Fenómeno de El Niño; sus parcelas están secas, sus animales no tienen dónde tomar agua” enumeró el líder Torres. 

El corregimiento, perteneciente al municipio de El Carmen de Bolívar, no tiene ni una sola calle con pavimento y el olor que se percibe es nauseabundo, porque las cunetas están llenas de aguas servidas. 

“Este corregimiento debiera estar todo pavimentado, debiera estar todo el mundo bien y esa plata se perdió desafortunadamente. ¿Ven ese acueducto? la Fundación Semana vino porque eso estaba todo roto, lo mandó a arreglar. El arreglo duró 15 días, otra vez está todo vomitado” dijo un campesino del pueblo. 

La comunidad pide que El Salado vuelva a tener el brillo de antaño, aún no se resisten a la idea de que sea convertido en casi una cabecera municipal. 

“Que vuelva a ser como era. Por lo menos las inversiones que han hecho en El Salado, no se ven. Porque hubo muchas instituciones que vinieron a vivir de eso, se aprovecharon de la inocencia de nosotros y no hicieron nada” afirmó  Rafael Eusebio Torres

Sin embargo, el saladero es noble, ya perdonó a quienes hicieron tanto daño y ahora solo buscan reconstruir el pueblo que en su tiempo era, un corredor importante para la comunicación de la Costa Caribe con el interior del país.

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“Lo que pasa es que las secuelas quedan en las mentes enfermas. Si uno considera que tiene un equilibrio emocional, no tiene porqué tener secuelas. Porque la vida es una violencia desde que uno nace hasta que muere” contó un campesino de El Salado.

El próximo sábado 19 de enero, la Unidad Nacional de Víctimas anunció su visita a ese lugar, en aras de adelantar el proceso de reparación colectiva de esa comunidad, perdida en los Montes de María bolivarenses, que se resiste a desaparecer a pesar de dos masacres y 19 años de olvido del Gobierno Nacional.

Fuente:
Sistema Integrado de Información