[Fotos] Automisa en Chía: La nueva forma de la fe en Colombia
En el momento de la comunión el padre se acerca los vehículos y reparte las hostias a través de las ventanas.
Las personas en ningún momento pueden bajarse de su carro. Por eso en el instante de pedir la paz, el padre encargado de la misa, Luis Carlos Ayala, de la Parroquia Yerbabuena de Nuestra Señora de Santa Cruz, les pide a los asistentes que piten con su vehículo, hagan señas con las manos, las cejas o lancen un grito de júbilo.
Lo mismo sucede en el momento de la comunión, cuando el sacerdote camina por los carros y a través de las ventanas entrega las hostias, el símbolo del cuerpo de Cristo.
Esa es la realidad que se vive desde hace dos domingos en la automisa de Chía en el Teatrino de los Andes, donde sus socios, de creencia católica, contactaron a Ayala, que no cobra por sus servicios en estas misas, pues aceptó con alegría el retorno de la fe.
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Según confirma un colaborador de la propuesta, los fieles deben llevar una ofrenda simbólica a través de un producto no perecedero que se destina para las personas más vulnerables.
Por otro lado, los interesados en asistir a la misa deben llamar al número del servicio al cliente de Teatrino y apartar un cupo, pues han recibido hasta 300 vehículos de seguidores sedientos de la palabra de Dios.
Finalmente, cabe recordar que Teatrino no solo oferta misas, pues es uno de los lugares de entretenimiento de vehículos más grandes en Colombia.