¿Habrá escasez de alimentos por cierres en vía al Llano?
Los productos cárnicos son los que más preocupan.
Los principales gremios del sector agricultor han encendido las alarmas debido a las nuevas restricciones que se están presentando en la vía Bogotá - Villavicencio, por cuenta de las constantes lluvias.
Incluso, advierten que se podría presentar un desabastecimiento de algunos alimentos que provienen de esa región como el arroz, las carnes de pollo y cerdo y algunas frutas.
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El presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), Jorge Bedoya, aseguró que en el caso del cerdo son más de 1.300 toneladas semanales que se movilizan por esta vía.
"Pueden ser más de 1.200 toneladas semanales de pollo que tienen que llegar a Bogotá. Y ni hablar de la cosecha de arroz: son 175.000 hectáreas sembradas, de las cuales ya se han cosechado 100.000. Eso implicará que entre agosto y septiembre haya una gran cantidad de arroz que tengan que salir”, dijo Bedoya.
En esa misma línea, Bedoya señaló que “la situación genera mayores costos y traumatismos a los productores. Desafortunadamente, esto se convirtió en una situación que se repite todos los años y no se ve una solución estructural. Es sorprendente que el Estado no haya logrado dar una solución pues esto atenta contra la generación de empleo y la reactivación económica”.
Agregó que “habrá que monitorear lo que ocurra con estas vías para determinar sí se puede llegar a presentar un impacto en los precios de algunos alimentos”.
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Por su parte, el presidente de la Federación Nacional de Avicultores (Fenavi), Gonzalo Moreno, indicó que “los efectos del cierre de la Vía al Llano se están viendo en un sobrecosto cercano al 30% para los productores que tienen granjas en esta parte del país, debido a que tienen que tomar la vía alterna aumentando tiempo de transporte y el costo de la materia prima”.
Adicionalmente, el gerente de Pollo Olympico, Nicolás Vásquez, mencionó que "nuestras aves dependen del suministro de alimento balanceado y de otros insumos que deben llegar todos los días a cada una de las granjas”.
Fue enfático al decir que “la situación de los derrumbes hace dos años se dio por unos deslizamientos de material provenientes de la ladera que fue afectada por la construcción del túnel y por las lluvias. Aún no hay una solución para la estabilidad de esa ladera. Todo esto podría generar unos cierres mucho más largos que los que hemos vivido en los últimos días”.
Explicó que, a futuro, la construcción del viaducto que se propone podría ser la solución de movilidad en ese punto, "pero aún se están definiendo aspectos técnicos y ese viaducto creería que no estará habilitado en menos de dos o tres años".
"Construir el viaducto no arregla de raíz el problema; si no se arregla la problemática de la ladera, los derrumbes van a continuar y va a llegar al punto en el que el material pasará por debajo del viaducto y llegará hasta el Río Negro, lo que generaría un represamiento de las aguas de ese río, y, posteriormente, se puede convertir en una avalancha que puede afectar gravemente al municipio de Guayabetal”, señaló Vásquez.
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Vásquez afirmó que “hay un tema pendiente por definir sobre qué pasará con los túneles construidos en la montaña. Sabemos que están inhabilitados por el riesgo de que colapsen, pero hasta el momento no hay ninguna información clara sobre qué va a pasar con estas obras y cómo van a solucionar la movilidad de esta vía cuando ya esté reconstruido y habilitado el puente del Chirajara. Cuando quede ese tramo habilitado pues no habrá cómo conectarlo con los túneles 13 y 14 que están en el sector del kilómetro 58”.
También se pronunció Henry Sanabria, cultivador de arroz del Casanare. “La única vía que tenemos alterna para poder sacar nuestros productos al exterior del país es la vía Aguazul - Sogamoso, que hoy se encuentra colapsada por un desprendimiento de tierra, lo cual es similar a la vía Villavicencio. Llevan años trabajando en esa vía, pero en todas las épocas de invierno se presenta la misma crisis”.
“La magnitud del problema que tenemos en este momento desborda cualquier tacto que tengamos porque alrededor de unas 60.000 hectáreas nos faltan por recolectar y nos vale un mundo de dinero. Es una crisis económica y social que se nos puede presentar donde colapsemos y no tengamos salida”, concluyó Sanabria.