La pequeña María Ángel Molina fue sepultada tras 15 días de su hallazgo sin vida
Familiares y amigos se reunieron en la parroquia central del municipio en el norte de Caldas para asistir al homenaje póstumo a la menor.
Los habitantes de Aguadas, en el norte de Caldas, despidieron con un sentido homenaje a la pequeña María Ángel Molina Tangarife, asesinada en el río Arma de esa jurisdicción.
Y es que solo después de quince días del hallazgo de la pequeña de cuatro años, el Instituto de Medicina Legal entregó este jueves 28 de enero su cuerpo a la familia, que por protocolos tuvo que llevarla de inmediato al cementerio San Jerónimo de Aguadas, en esa región cafetera.
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Familiares y amigos se reunieron en la parroquia central del municipio en el norte de Caldas para asistir al homenaje póstumo a la menor, asesinada a manos de un ex novio de su madre el pasado 10 de enero, en el corregimiento de Arma.
El párroco de la iglesia Inmaculada Concepción, el vicario Cesar Augusto Cano, dijo que no solo Aguadas está de luto, "sino que también el dolor recorre lo más profundo del pueblo, su cultura, de la comunidad".
“Nunca nada justificará la muerte de ningún ser humano. Menos aún, el transgredir el santuario que es el cuerpo de un niño y su vida. Hoy cuando nos reunimos en este templo para elevar una acción por la vida de María Ángel, y de sus padres, también nos hemos encontrado para reconocer el dolor que puede existir en medio de las acciones del ser humano”, indicó el religioso.
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En medio de la eucaristía, las palabras reflexivas del sacerdote se conjugaban entre el llanto de algunos asistentes, a quienes el religioso les pedía recordar con cariño a la menor, que infortunadamente y por error de un ser humano no podrá disfrutar su vida al lado de sus seres queridos.
El religioso también hizo un llamado para que todos los seres humanos sean garantes del cuidado y de los derechos de los infantes.
“El señor nos pregunta a cerca de nuestra responsabilidad respecto a nuestros hermanos, pero de manera especial nos pregunta acerca de la necesidad de tener políticas públicas a cerca de la protección de los más necesidades, ya que no es una labor de la comunidad, es un bien que merece un pueblo por parte de sus gobiernos para proteger a un niño o una niña”, agregó.
"A María Ángel hay que recordarla con su sonrisa, su ternura, sus ocurrencias y sus travesuras", indicó el vicario Cano.
Derechos que en esta menor, dijo, fueron vulnerados por Juan Carlos Galvis Duque, el hombre de 21 años que asesinó a la pequeña María Ángel de tan solo cuatro, que en compañía de su madre y su hermanita de 18 meses llegaron ese domingo hasta el Puente del Oro, en Arma.
Allí fueron separadas tras su madre haber sido golpeada para ejecutar el rapto, siendo encontrada la niña de 18 meses en un municipio antioqueño, mientras el cuerpo de la menor ya recorría las aguas del río Arma, para ser encontrada tres días después.
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Juan Carlos Galvis aceptó los delitos de feminicidio agravado, desaparición forzada y tentativa de homicidio agravado, a quien -según la Fiscalía General de la Nación- le esperan unos 60 años de prisión.
Sin embargo, mientras se da la sentencia definitiva todo un pueblo ha pedido a la justicia sea ejemplar pues hechos como estos, no se puede volver a registrar.
En el mismo sentido se refirió el sacerdote Cano, quien que ofició la eucaristía, al decir que “ejercer justicia no le corresponde al ser humano. La justicia corresponde a Dios y ninguna justicia humana, podrá calmar el dolor por la pérdida de un hijo, porque no existe una palabra que pueda describir ese sentimiento, ni una palabra que aglutine el dolor de una familia. Por eso hoy cuando le hemos dado cristiana sepultura a María Ángel, queda la pregunta en lo más profundo de nuestro corazón y es, ¿Qué he hecho yo para que esto no se repita o que he dejado de hacer? ”.
María Ángela Molina Tangarife fue raptada con su hermanita de 18 meses por un hombre que contactó a su progenitora a través de Facebook, con el pretexto de entregarles unos regalos para ella y para las niñas.
Una vez se encontraron en un sitio conocido como Puente de Oro en Arma, en inmediaciones de Caldas y Antioquia, el sujeto agredió a la mujer y huyó con las niñas.
Posteriormente, las autoridades rescataron a la bebé de 18 meses cuando era llevada por el hombre por el municipio de Abejorral (Antioquia) y María Ángel fue encontrada sin vida en la desembocadura del río Arma.