La Pola: la historia no contada de la heroína que aparece en el billete de $10.000
Policarpa Salavarrieta y la historia de su vida como revolucionaría en busca de la libertad.
Policarpa Salavarrieta, heroína de la independencia y una de las mujeres más empoderadas de la historia capitalina y colombiana. Fue fusilada el 14 de noviembre de 1817 con aproximadamente 22 años.
Es por eso que este 2023 se cumplen 228 años de su nacimiento, sin embargo, después de 2 siglos no se ha establecido en dónde nació la recordada e inmortalizada Pola.
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Algunos historiadores aseguran que es oriunda de Chiquinquirá, pero oficialmente no se ha reconocido de esta manera, mientras que otros aseguran que su natalicio se dio en Guaduas (Cundinamarca) o en Mariquita (Tolima)
La historia de esta mujer inspiró diferentes textos y poemas, pero al contrastarlos, se encuentran vacíos y contradicciones, de lo que parece haber certeza es que pertenecía a una familia acomodada de Guaduas, no obstante, todos se trasladaron a la capital de La Nueva Granada; esto al parecer porque sus padres estaban buscando mejor educación para sus hijos varones.
Policarpa creció durante la 'época del terror' en nuestro país, en plena reconquista y camino a la independencia, y aunque su llegada a Bogotá duró muy poco, pues la familia se dividió tras la muerte de su padre, quien se contagió de viruela y no resistió.
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Tiempo después La Pola regresó a la capital junto con su hermano Bibiano; llevaban una carta escrita por Ambrosio Almeyda y José Rodríguez, líderes de las guerrillas. Se alojaron en la casa de Andrea Ricaurte y Lozano, por recomendación de los líderes.
Desde ese momento, Policarpa se dedicó a cumplir con sus labores de inteligencia y notificar cualquier dato importante como el número de hombres de las tropas y los movimientos de las tropas enemigas, entre otra información que fue útil para las posteriores emboscadas de las guerrillas.
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Así mismo, Policarpa fue vital en las acciones de la guerrilla de los llanos, pues enviaba y traía mensajes, transportaba material de guerra y convencía individualmente a otros hombres a unirse a dicho grupo.
Aunque trabaja siempre de la mano de sus compatriotas, entre ellos su hermano, su fiel compañero fue Alejo Sabaraín, quien había luchado junto a Nariño en el sur.
A pesar de que las acciones de la Pola no habían despertado ninguna sospecha, poco después los hermanos Almeyda (líderes guerrilleros) huyeron del lugar y fueron capturados y entre los documentos incautados se reveló la relación de Policarpa con el grupo subversivo.
Luego de esto, el Sargento Iglesias, principal agente español, fue el encargado de buscarla y arrestarla, después el consejo de guerra la condenó a muerte el 10 de noviembre de 1817, la misma suerte que corrieron Sabarín y otros patriotas.
Se determinó que la revolucionaria sería fusilada a las nueve de la mañana del 14 de noviembre de 1817.
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"¡Pueblo indolente! ¡Cuán distinta sería hoy vuestra suerte si conocierais el precio de la libertad! Pero no es tarde. Ved que, mujer y joven, me sobra valor para sufrir la muerte y mil muertes más. ¡No olvidéis este ejemplo!", fueron las palabras que pronunció la valerosa mujer en el patíbulo antes de morir.
En las 'tablas de la muerte' debía ponerse de espaldas y esperar a recibir el impacto de la bala, debía morir dando la espalda porque así eran asesinados los traidores.
"Muero por defender los derechos de mi patria”, gritó segundo antes de morir arrodillada y dando la espalda a la gente que asombrada esperaba su muerte en la plaza pública.
Según registra la enciclopedia del Banco de la República, su cuerpo no fue expuesto en las calles de Bogotá como los de sus compañeros fusilados con ella, por ser un cuerpo femenino. Sus hermanos sacerdotes lo reclamaron y lo guardaron en la iglesia de San Agustín. La ejecución de Policarpa Salavarrieta, mujer joven, por un crimen político, movió a la población y creó una gran resistencia al régimen del terror impuesto por Juan Sámano.