Más de 200 afectados por la avalancha en Jericó permanecen refugiados en seminario
En el sitio también fue instalado un centro de atención para brindar los primeros auxilios.
En Jericó continúa la alerta roja por la probabilidad de un nuevo movimiento en masa, luego de la emergencia de este fin de semana que obligó a la evacuación de mil familias en este municipio del suroeste antioqueño.
El alcalde de Jericó, Jorge Pérez, informó en diálogo con LA FM que todavía hay un riesgo grande porque en la montaña sigue ocurriendo movimiento en masa y en la ladera todavía hay material que puede desprenderse.
"La emergencia se presenta cuando las quebradas cerca a esta montaña se tapan y ocasionan lo que pasó en la madrugada de este lunes", indicó.
El mandatario local señaló que se dispuso de un albergue temporal en el seminario, al que han llegado 218 personas, entre ellos 48 niños, mientras que otras personas han buscado refugio en casas de familiares y amigos.
"Es una montaña que ha tenido una falla histórica, y la cantidad de masa que se está moviendo es grande. Necesitamos más presupuesto de la Unidad Nacional de Riesgo para hacer más estudios sobre el comportamiento de la montaña", agregó.
Alcalde de Jericó, Jorge Pérez, habla sobre la emergencia que vive Jericó por avalancha
En Jericó llovió tan fuerte en la madrugada de este lunes que los habitantes no lograron escuchar las sirenas de la catedral que advertían el riesgo que corrían por lo menos mil personas.
Algunos no pudieron distinguir si los fuertes sonidos eran truenos o la montaña que se venía encima; pero en vez de averiguar el origen de los ruidos, tomaron un par de cobijas y salieron para el sitio que consideraron más seguro.
De a poco fueron llegando al seminario Mayor San Juan Eudes, un edificio de 100 años de construido que queda a 10 minutos del parque principal. En el carro de bomberos llegaron cinco adultos mayores que viven en la zona declarada en riesgo inminente.
El padre Hidelber de Jesús Garzón, rector del seminario, abrió las puertas a estas cinco personas que al paso de tres horas, ya sumaban 400.
"La tormenta estaba bastante fuerte, mucho trueno. No se podía ver bien. Sin embargo, sonaban las sirenas y no se escuchaban, por la tempestad. A la medianoche, ya llegó el carro de bomberos", señaló.
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Lina Giraldo no solo temió por su vida, sino por la de su madre, una mujer de 61 años. Por eso no dudó en instalarse en uno de los salones que comparte con otras cuatro familias. No regresará a su casa hasta que le certifiquen que no hay riesgo.
"Ese miedo es algo que uno no puede describir. Uno esta pensando todo el tiempo que ya se va a venir la montaña. Siempre tensionado", relató.
En el seminario hay espacio, pero las pocas camas que tenían disponibles fueron utilizadas para instalar un improvisado hospital al que han llegado personas con pequeños raspones, cortadas y otras tantas con ataques de pánico. Los dos heridos de consideración fueron trasladados a centros asistenciales de Medellín.
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Radar de Hidroituango
Los habitantes aún sienten temor, especialmente porque dicen que todavía escuchan crujir la montaña. Eduardo José González, director de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo dijo que hacen un seguimiento constante al terreno y que se trasladaron hasta el lugar los radares con los que se monitoreo la emergencia en Hidroituango.