En Timbio, Cauca, un decreto dice 'no' al piropo vulgar
El acoso callejero a las mujeres es una de las agresiones más frecuentes en el municipio de Timbio, ubicado en el sur del departamento de Cauca.
A través de un decreto firmado por la Alcaldía municipal, se busca erradicar esta práctica cultural con la que los hombres agreden a través de piropos vulgares y de doble sentido.
La disposición es una iniciativa de carácter pedagógico que da respuesta a un proceso que adelantan las mujeres en la localidad, a fin de erradicar cualquier tipo de violencia de género, en el marco programa Superando las Violencias Contra las Mujeres que es apoyado por la USAID y la ONU.
Los testimonios de las agredidas en este municipio de 33.833 habitantes, de los cuales la mayoría son mujeres (51,7%) fueron recopilados a través de la plataforma de Facebook R-evolución Global: Relaciones sin Violencia en donde las mujeres dan testimonio de agresiones hechas a través de expresiones vulgares maquilladas en una tradición popular como el piropo y el refrán, casi todos con una alta carga sexual.
Las inquietudes recogidas durante los talleres de sensibilización, fueron llevadas ante el despacho del alcalde Libardo Vásquez, quien determinó iniciar a través de la oficina de enlace de género, una campaña para detectar las zonas en las que los hombres agreden a las mujeres mediante expresiones como: "Si como camina cocina, me le como hasta el pegado".
Para ello se instaló seis letreros en lugares del municipio calificados por el proyecto como de difícil tránsito para las mujeres, quienes deben soportar las palabras elevadas de tono en contra de su dignidad o en contra de la propia intimidad, validadas como una "práctica social inofensiva" que está enmarcada en la tradición.
Es por ello que en sectores de alta afluencia de hombres, como los escenarios deportivos , la plaza de mercado y el 'miniterminalito', ya se pueden apreciar mensajes disuasivos que dicen, "eso que tú llamas piropo, es acoso callejero y agrede e intimida a las mujeres".
"Uno no puede salir a la calle, porque cualquier hombre se cree con el derecho de tocarte, o hablarte como a él se le ocurra. Ya no puedo vestirme como yo quiera, porque se convierte en un pretexto para la agresión a través de palabras", dijo Valeria Ochoa, quien narra la forma en que un hombre intentó robarle un beso.
Ángela Pizarro, es el enlace de género en la alcaldía y expresó que esta iniciativa ha despertado polémica, pero no debe quedarse en lo superficial. A su juicio, el lenguaje tiene una carga simbólica que denota violencia. "Pregúntese por ejemplo, qué es lo primero que se le viene a la mente cuando a un hombre le dicen 'zorro' -alguien sagaz, ¿verdad? pero ¿qué pasa cuando a una mujer le dicen 'zorra'? responda usted mismo".