Yolanda Ruiz deja el cargo de directora de noticias de RCN Radio
Yolanda Ruiz decide dejar el cargo después de 12 años en RCN Radio.
La periodista Yolanda Ruiz anunció hoy que luego de sus vacaciones deja el cargo de directora de noticias de RCN Radio. En un mensaje al aire en la emisión de este lunes 6 de diciembre agradeció a la audiencia, al equipo, a la Organización Ardila Lülle y a la gente que fue protagonista de las historias que se publicaron.
En diálogo con La FM, confirmó que RCN Radio siempre será su casa y que se retira de los cargos de dirección porque ya son más de tres décadas en este oficio.
"Esta es mi casa y esper que siga siendo mi casa. Me retiro de los cargos de dirección, después de 36 años de oficio... Hay dosis de cansancio, quiero hacer este trabajo de otra manera... sin títulos ni cargos”, expresó sobre sus 9 años al frente de la dirección de Noticias de RCN Radio.
Recalcó: "No me retiro del periodismo porque esta es mi esencia. Hay dosis de cansancio y ganas de aprender otras cosas".
Estas fueron sus palabras de despedida en RCN Radio:
Les pido un par de minutos para hablar en primera persona y contarles sobre una decisión. Hoy es mi último día al aire como directora de noticias de RCN Radio. Salgo a vacaciones y he decidido retirarme del cargo al terminar ese descanso. Me voy de esta dirección pero no del periodismo que es una parte esencial de lo que soy. Dejo esta trinchera sin rendirme, con la certeza de haber hecho mi mejor esfuerzo en medio de errores y aciertos. Me siento en el mejor momento de mi vida y de mi carrera profesional. Estoy llena de preguntas, tengo ganas de entender, de aprender. Quiero leer, escribir, hablar, opinar. Y quiero hacerlo ahora desde mi condición de periodista a secas sin cargos ni títulos. Creo en el relevo generacional y es bueno que sean los jóvenes quienes asuman los cargos de dirección. Los jóvenes retan, cambian paradigmas, no siguen dogmas por principio y eso necesita el mundo para avanzar. Los que llevamos tiempo podemos ayudar, orientar, reflexionar, caminar a su lado, pero no ser obstáculo en las transformaciones.
Es inevitable que se mezclen emociones. Recuerdo los sueños que tenía cuando pisé por primera vez una sala de redacción, precisamente la de RCN Radio, esta casa que me abrió sus puertas y me acogió con generosidad en varias oportunidades y eso lo agradezco. Recuerdo haber visto el mismo brillo en los ojos de colegas jóvenes a quienes pude con el tiempo empujar, promover, orientar o desorientar, si se quiere. Ver crecer a muchos de ellos ha sido gratificante. Eso ha justificado muchos sacrificios.
Y lo que ha dado total sentido a cada día, son las personas que nos confiaron sus historias, seguros de que un periodista podía hacer escuchar sus voces. Recuerdo a una víctima de secuestro que me abrazó como si nos conociéramos de siempre porque nuestras voces en la radio fueron compañía en el cautiverio. Recuerdo la mirada de la mujer que me contó para un reportaje su decisión de abortar y me dijo que era la primera vez que lo decía en voz alta. Recuerdo los miles de árboles sembrados en el reto siembra, los encuentros imposibles que propiciamos, las historias de mujeres asesinadas que quisimos rescatar del olvido. Recuerdo a la señora que recorrió varias horas para llegar al lugar en donde hacíamos una emisión regional porque esperaba que pudiéramos contar lo que estaba pasando en su vereda golpeada por la violencia. Me regaló un collar que todavía conservo.
Durante estos años pusimos al aire un proyecto sin otra agenda que el servicio a la gente. Nada sencillo en estos tiempos de emociones exacerbadas y poco espacio para razones y argumentos. No es fácil hoy tratar de entender y dar contexto y ese era nuestro proyecto. El momento que vive el periodismo es apasionante y aterrador. Nos jugamos todo justo cuando también la democracia en el mundo enfrenta retos y necesita con urgencia la luz del buen periodismo. Por fortuna son muchos los colegas que desde medios grandes o pequeños hacen la tarea como debe ser, muchos sin tener los reflectores encima. Mi respeto para ellos. Hoy nacen nuevos lenguajes, nuevas maneras de narrar, otras formas de mirar y de contar el mundo. A mis 57 años quiero ser parte de eso, quiero aprender de lo que viene y enseñar lo que sé.
En este largo camino enfrentamos muchas dificultades, pero hoy me llevo lo bueno: El afecto de la gente, el esfuerzo del equipo, la fe que pusieron en este proyecto. Estoy aquí por el trabajo de los reporteros, porque sin ellos no hay periodismo. Gracias a ellos, a cada periodista. Gracias al equipo de esta mesa, a los productores, a los operadores, técnicos, conductores e ingenieros que le metieron ganas a esta idea con terquedad suprema. Gracias a mis compañeros más cercanos. Cada uno sabe lo que significa para mí.
Un agradecimiento a la Organización Ardila Lulle y a la familia Ardila por el respeto a la independencia periodística y por el espacio que abrieron para un proyecto editorial que no tuvo nunca interés distinto a informar con responsabilidad. Gracias siempre a los oyentes y a quienes desde las redes nos acompañaron. Por ellos y para ellos trabajamos. Saber que había alguien al otro lado fue siempre un motivo para seguir. Gracias por su cariño y también por sus críticas. Y en este momento creo que hasta vale mencionar a los que se opusieron, a los que no creyeron y pusieron obstáculos… Por ellos reafirmé mis convicciones y el camino elegido…
Y en ese camino seguiré de otra manera. En lo personal quiero una vida más sencilla al lado de mi familia que ha sido mi roca en todas las tormentas. Quiero más tiempo para los míos, para los que amo, humanos y animales. A los jóvenes que vienen en el relevo les digo que más allá de la herramienta tecnológica que usen no olviden que la clave es el buen periodismo responsable y que la tarea es ser veedores de todos los poderes. Les pido que sean irreverentes, que duden, pregunten, indaguen y metan el dedo en todas las llagas. Les recuerdo que además de guerra, corrupción y política siempre pasan otras cosas… buenas, malas, regulares y sublimes y por eso es bueno mirar más allá para contarlas. Les digo que hacer periodismo riguroso no es fácil y que van a tratar de amenazarlos o adularlos para que pierdan el norte. Ante la agresión o el halago la clave es resistir haciendo buen periodismo aunque pese a veces tanta dificultad.
Un recuerdo más: solo uno más: Hace varios años en una de las giras que hicimos por el país, visitamos Buenaventura. Recuerdo que me quebré al notar la gran expectativa que había en la comunidad por la llegada de un medio nacional y saber lo poco que podíamos hacer frente a tantas necesidades. Desde ese día llevo en mi billetera un poema que me regaló una niña en el que cuenta en palabras sencillas la realidad de violencia y pobreza en su puerto. De tanto en tanto lo leo para recordar el sentido de este oficio. Reitero hoy mi compromiso con ese periodismo que es voz de los que no tienen voz. Gracias a esa niña y a cada ciudadano que me recordó cuál es mi lugar.
Gracias por tanto… Gracias a todos por estar ahí y que sigan las noticias.