Argentinos visten el Spartak de azul celeste para ver a su selección
Los hinchas ahorraron más de un año para llegar al país europeo y ver a su equipo.
"He tenido que ahorrar durante un año y medio para poder venir a Rusia a ver a Argentina de mi alma", dijo hoy a Efe Harold, empleado de una financiera de Corrientes, una ciudad en norte de su país casi fronteriza con Paraguay.
Como casi todos los hinchas argentinos que se han dado cita en la capital rusa viste una elástica albiceleste con el dorsal 10, el del Leo Messi, al que, como mucho de sus compatriotas, ha elevado a la condición de mesías.
Y por si alguien lo dudara, Harold, de 31 años, extiende un lienzo con la imagen de un Messi divinizado.
"Es un mesías", asegura convencido para añadir que "la tercera es la vencida", seguro de que en Rusia esta generación de futbolistas conseguirá por fin darle la alegría que se merece la afición argentina.
Con una sonrisa de oreja a oreja afirma que "todo sacrificio económico" ha sido bueno para tener la alegría de llegar a Moscú para disfrutar del juego de su ídolo y compañeros de selección.
Para Alberto, un ingeniero electrónico de 53 años, de Ezpeleta, un barrio en las afuera de Buenos Aires, el coste de viaje ha Rusia ha sido "totalmente asumible".
Es un hincha de los duros, al que Moscú y su Plaza Roja, le importan, en sus propias palabras, "tres pimientos".
"Si hubiera querido venir a hacer turismo, hubiese venido en otra época y más barato. Yo he venido a ver fútbol y a ver ganar a mi selección", dice.
Y añade con vehemencia: "Argentina no viene a participar, viene a ganar".
Sin falta, la conversación se centra en la figura de Messi, quien en su opinión "no le debe nada a nadie, en todo caso solo a sí mismo".
"Tendría que ser el Mundial de Messi; sería más que merecido", agrega.
Preguntado por la rivalidad entre Cristiano Ronaldo, el astro del Real Madrid, y Leo, Alberto responde sin pensarlo un instante: "A Messi el portugués le tiene sin cuidado, es Ronaldo quien está siempre pendiente de lo que hace la Pulga".
Sobre el rival de hoy, la sorprendente selección de Islandia, sostiene que "está dos escalones por debajo de Argentina" y que la escuadra dirigida por Jorge Sampaoli no tendrá ningún problema debutar con una victoria.
Admite, eso sí, que el fútbol depara sorpresas, pero recalcó que en el caso de que la Abiceleste caiga ante los vikingos, habría que "apagar la luz e irse".
"Eso de que en el fútbol todo se ha equiparado es una falsedad: al final ganan siempre los mismos: Alemania, Brasil y Argentina, y también España, un peldaño más abajo", agrega.
Su pronóstico para hoy: 2-0, a favor, por supuesto, de Messi y sus escuderos.
"Espero que las asociaciones de Leo con el Kun Agüero y con Di María permitirán obtener un buen resultado", dijo.
Una verdadera marea albiceleste ha inundado las calles de Moscú cuyos habitantes observan sorprendidos, pero con simpatía, la conducta de los hinchas argentinos, que con sus cánticos y alegría han convertido la jornada de hoy en toda una fiesta.
La afición islandesa, que se hizo famosa en la pasada Eurocopa, es mucho menos numerosa, pero también se hace sentir, y el estadio Spartak, escenario del duelo de hoy, espera oír su característico aplauso vikingo.