China prepara a su sector tecnológico ante la batalla comercial con EE.UU.
No cesa la controversia porque el presidente Donald Trump ha denunciado prácticas comerciales "desleales" de Pekín.
Las primeras salvas del conflicto comercial entre China y Estados Unidos afectaron a sectores tradicionales como el acero o la agricultura, pero Pekín se prepara ahora a librar batalla en el ámbito de la alta tecnología, en el que tiene grandes ambiciones.
Esta nueva etapa de las múltiples querellas entre los dos gigantes económicos se abre al llegar este miércoles a Pekín una delegación estadounidense, dirigida por el secretario del Tesoro, Steve Mnuchin.
El presidente Donald Trump, que denuncia las prácticas comerciales "desleales" de Pekín, ha encargado a Mnuchin negociar con el gigante asiático y llegar a un compromiso.
Pero la batalla se anuncia especialmente dura en el sector de las altas tecnologías, donde ya imperan los gigantes estadounidenses Google o Facebook, o los chinos Alibaba o Tencent.
Sin embargo, los semiconductores o los 'chips' de las computadoras son los cerebros de los aparatos electrónicos, y les permite crear programas y almacenar memoria.
La mayoría de ellos son fabricados por gigantes norteamericanos como Intel, Qualcomm y Micron, que tienen ya décadas de experiencia en el desarrollo de sus circuitos integrados, y operan en países aliados como Corea del Sur o Taiwán.
Los 'chips' figuran entre los bienes que más importa China, rivalizando con el petroleo, lo que refleja la independencia de Pekín ante la tecnología estadounidense.
El mes pasado, las autoridades norteamericanas decidieron poner fin a las exportaciones de componentes estadounidenses destinados al grupo chino ZTE, debido a violaciones sobre un embargo a Irán y Corea del Norte.
Estados Unidos ha tomado otra medida similar contra otro gigante chino de telecomunicaciones, Huawei.
Ambas compañías dependen de los 'chips' estadounidenses para crear sus productos. Ello refuerza la necesidad para China de ser capaz de suministrarse en todo el nivel de la cadena de producción de la alta tecnología, tal como dijo la semana pasada el presidente Xi Jinping. China puede hacer "grandes cosas"
"En el pasado no nos quedó más opción que depender de nuestros propios esfuerzos. Entonces logramos incluso crear dos bombas atómicas y lanzar satélites, todo ello a base de grandes esfuerzos", dijo.
China es capaz, añadió, de "sumar fuerzas para lograr grandes cosas".
Y esta determinación es lo que preocupa a Estados Unidos, aunque también a la Unión Europea.
Estados Unidos quiere reforzar la protección de los derechos de propiedad intelectual e impedir las 'joint-ventures' "forzadas", esas prácticas cuyo objetivo es transferir los conocimientos y la tecnología estadounidenses.
Precisamente el llamado Plan 2025 de China genera, en lo referente a la propiedad intelectual, el "aspecto más espinoso" según el representante norteamericano del comercio (USTR), Robert Lighthizer.
"Esta política tiene como ambición tener a campeones nacionales en todo el mundo" y en "todos los ámbitos", incluidos el sector de alta tecnología, asegura.
Ahora China depende en un 80% del extranjero para conseguir 'microchips", una situación que quiere cambiar en el futuro.
Para conseguirlo, los gobiernos central y locales han invertido desde 2014 unos 100.000 millones de dólares en desarrollar su industria de semiconductores, según una fuente estadounidense.
Al mismo tiempo Washington ha bloqueado varios intentos de empresas chinas de comprar compañías estadounidenses de semiconductores.
Pero pese a estos esfuerzos o inversiones, China sigue aún retrasada en la carrera del sector de semiconductores, según los analistas.
"Harán falta muchos, muchos años para que este tipo de inversiones genere progresos" asegura Cao Cong, experto en China de la Universidad de Nottingham en Ningbo.
Con información de AFP