Italia y Francia defienden ambiciosas reformas para superar crisis económica
Antes de finales de octubre presentarían un primer borrador para solventar la crisis derivada de la pandemia.
El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, y el titular de Economía y Finanzas de Francia, Bruno Le Maire, coincidieron hoy en Cernobbio (norte de Italia) en que los países de la Unión Europea deben presentar planes de reformas ambiciosas para salir de la crisis derivada de la pandemia del coronavirus.
Ambos participaron este sábado en el Foro de diálogo Ambrosetti, que se celebra hasta mañana en la ciudad de Cernobbio, y expusieron algunas de las medidas urgentes que sus países necesitan.
"El verdadero desafío es afrontar los problemas estructurales que han impedido que Italia crezca" en los últimos años, destacó Conte, quien celebró que el país pueda disponer de más de 200.000 millones de euros de los 750.000 millones con los que estará dotado el Fondo de Recuperación de la Unión Europea.
Para obtener estas ayudas, los países europeos deberán presentar antes de finales de octubre un primer borrador con una lista de reformas que la Comisión Europea estudiará.
En este sentido, Conte avanzó que el 35 % de los fondos europeos que reciba Italia irán destinados a inversiones "verdes", mientras que el resto servirá para fomentar la digitalización, el desarrollo de una red nacional de fibra única y otras iniciativas que impulsen el crecimiento del país, como una reforma del sistema tributario.
En la misma línea se mostró el ministro de Economía francés, que recordó que por primera vez en la historia de la Unión los países miembros emitirán deuda conjunta para financiar este paquete de ayudas de hasta 750.000 millones.
Mencionó el plan de estímulos económicos que acaba de anunciar Francia por valor de 100.000 millones de euros y subrayó que la intención del Gobierno galo es que el país vuelva a tener "los niveles de producto interior bruto de 2019 en 2022".
Entre las prioridades de Francia y del conjunto de la Unión, Le Maire mencionó la inversión en tecnologías, la protección del medioambiente y la lucha contra el desempleo, esta última dirigida a "evitar un nuevo aumento de las desigualdades, que podría conducir a una crisis política y social".
En el foro también participaron otras personalidades, como la vicepresidenta tercera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital de España, Nadia Calviño, o el comisario europeo de Economía, Paolo Gentiloni.
Gentiloni opinó que los países europeos deben aprovechar los recursos del fondo de recuperación para resolver sus problemas estructurales.
Momentos antes intervino el presidente de la República italiana, Sergio Mattarella, quien instó a los países a no hacer de la Unión una mera institución a la que solicitar ayudas.
El jefe del Estado italiano subrayó que los países (en un mensaje dirigido al suyo) tienen que apostar por programas de reformas responsables y concretas, que fomenten la pronta recuperación de sus economías.
"A los Estados miembros se les ofrece una oportunidad única de contar con recursos sustanciales para reformas estructurales capaces no solo de salir de la crisis sino sobre todo de asegurar la prosperidad y el bienestar de las generaciones futuras", dijo.
El Gobierno italiano estimó en abril que la economía del país caerá un 8 % en 2020. El retroceso será del 10,8 %, según los cálculos de los economistas del Foro Ambrosetti, y de entre el 10 % y el 11 %, según la patronal italiana.
El vicepresidente de la Comisión Europea, Frans Timmermans, también participó en este foro y en una entrevista con el diario italiano "La Stampa" adelantó que la Comisión "será firme al comprobar" que los planes de los países contienen las reformas necesarias para superar sus deficiencias estructurales.