La tierras raras, el arma de China en la guerra comercial con EE.UU.
La batalla ahora será por los elementos químicos esenciales para fabricar desde teléfonos, cámaras, televisores o computadoras.
Las llamadas tierras raras, un conjunto de elementos químicos escasos y que se usan en productos tecnólogicos como teléfonos móviles o misiles, son abastecidas en un 95 % por China, que puede encontrar en ellos un arma para su guerra comercial con Estados Unidos.
¿Qué son la tierras raras?
Las tierras raras son un conjunto de 17 elementos químicos esenciales para fabricar desde teléfonos inteligentes hasta cámaras, televisores de alta definición o computadoras.
China domina el suministro de las tierras raras, de las que dependen entre otros Estados Unidos. Hasta ahora no fueron sometidas a los aumentos de aranceles decretados por la administración de Donald Trump a los productos chinos.
Pero los medios chinos sugieren ahora que los exportaciones de tierras raras podrían servir como arma de represalia contra Estados Unidos por sus medidas comerciales contra el gigante asiático.
¿Por qué China amenaza con restringir las exportaciones?
Las tierras raras le dan a Pekín una gran influencia política y económica en su disputa con los Estados Unidos.
Estados Unidos amenazó este mes con dejar de suministrar tecnología estadounidense al gigante chino de telecomunicaciones Huawei, argumentando preocupaciones de seguridad.
Hasta ahora Pekín solo hizo advertencias para sugerir que las tierras raras podrían ser su próxima arma de represalia. "Como medida comercial de represalia, es una obviedad", afirma Jeffrey Halley, un analista de OANDA, .
Si Pekín hacer realidad sus amenazas, el impacto para las compañías de Estados Unidos podría ser desastroso.
"China podría obligar a cerrar casi todas las líneas de ensamblaje de automóviles, computadoras, teléfonos inteligentes y aeronaves fuera de China si decide embargar estos materiales", escribió la semana pasada James Kennedy, presidente de ThREE Consulting, en la revista National Defense.
¿Ocurrió antes?
China ha sido acusada de usar su influencia con las tierras raras por razones políticas y económicas.
En 2014, la Organización Mundial de Comercio (OMC) dictaminó que el país había violado las normas comerciales mundiales al restringir las exportaciones de metales alegando daños ambientales.
Estados Unidos, la Unión Europea y Japón apelaron a la OMC, acusando a Pekín de frenar en realidad las exportaciones para dar a sus empresas nacionales de tecnología ventaja sobre sus rivales.
El panel de la OMC dictaminó finalmente que las cuotas estaban "diseñadas para alcanzar objetivos de política industrial".
No es la primera vez que acusan a China de usar las tierras raras como arma política. Fuentes de la industria japonesa explicaron que en 2010 China cortó temporalmente las exportaciones por una disputa territorial, lo que Pekín niega.
¿Qué posibilidades hay de que se cumpla la amenaza?
Los analistas aseguran que de momento no es probable que Pekín cumpla su amenaza, posiblemente porque cualquier restricción a las exportaciones podría provocar una búsqueda de fuentes alternativas de tierras raras en otros países.
A pesar de que domina la oferta, China no es el único país con reservas considerables de metales.
El Servicio Geológico de Estados Unidos estima que el año pasado había 120 millones de toneladas disponibles en el mundo, incluidos 44 millones en China y 22 millones en Brasil y Vietnam.
¿Por qué otros países no producen tierras raras?
Durante gran parte del siglo XX Estados Unidos dominó la producción de tierras raras.
Pero su producción crea grandes cantidades de deshechos tóxicos y en 2003 la última mina estadounidense, Mountain Pass, en California, dejó de producir tras una catástrofe ecológica unos años antes.
China llenó el vació, gracias también a su laxa legislación medioambiental, y aumentó su producción ante convertirse en líder mundial.
Las tierras raras "son abundantes en todo el mundo", según Halley, pero muchos países no las producen por los costes financieros y medioambientales que suponen.
"Igual que todo el mundo quiere un aeropuerto cerca pero no al lado de su casa [...] el mundo cosecha lo que sembró por haber dado a China las llaves en esta cuestión", añadió.