¿Es cierto que ponerse el dedo en el ombligo ayuda para que el perro no huela el miedo?
Conozca cómo se llama la fobia relacionada con el miedo a los perros.
Muchas personas les tienen miedo a los perros, pero en realidad no es porque hayan sufrido un ataque por parte de animal, sino porque simplemente no les gusta.
Esta fobia es conocida como cinofobia, la cual se refiere al miedo irracional a una mascota que llega a condicionar a la persona que la sufren. Este miedo puede ser causado por un trauma que se tuvo en la infancia y se intensifican con el paso de los años.
Algunas ocasiones, la cinofobia se desarrolla cuando un sujeto es atacado por un perro o en su defecto es testigo del ataque de animal a otra persona. También tiene que ver cuando los adultos o los padres de forma inconsciente transiten les transmiten el miedo a los hijos.
¿Cómo identificarla?
La mayoría de veces, las personas que tienen esta fobia lo que hacen cuando ven un perro en la calle, es pasarse de andén, o buscar un lugar para refugiarse porque piensan que el animal les va a ser daño.
Hay algo curioso que hacen los individuos y es que cuando sienten que un perro los va a atacar o que les pasa por el lado, se tapan el ombligo para que el animal no huela el miedo y se vaya. Pero, qué tan cierto es esto.
¿Taparse el ombligo hace que el perro no huela el miedo y se vaya?
David Bonilla Macias, psicólogo y director del Instituto Colombiano de la Compasión, le explicó a La FM que es “un tema de mito urbano que tienen que ver con las creencias de las personas. Más que un perro pueda oler el miedo, lo que tiene que ver son las conductas desadaptativas, ya que el animal genera un malestar en el individuo. Los gritos son la conducta de escape, que hacen que el animal pueda generar un ataque, es decir que el perro no lo ve como una señal de miedo sino como un ataque”.