Aplazan elecciones presidenciales en Bolivia hasta octubre
Los comicios estaban programados para realizarse máximo el 6 de septiembre.
El Tribunal Supremo Electoral (TSE) de Bolivia aplazó para octubre los comicios presidenciales y legislativos del 6 de septiembre, a causa de la emergencia del coronavirus, anunció este jueves su presidente, Salvador Romero.
El TSE "ha resuelto fijar la jornada de votación de la elección general 2020 el domingo 18 de octubre", anunció Romero, alegando que la postergación obedece a informes médicos que señalan que la pandemia tendrá sus picos más altos a finales de agosto y principios de septiembre.
Este es el segundo aplazamiento que sufren los comicios, que primero estaban convocados para el 3 de mayo, por la situación de emergencia sanitaria ante la COVID-19 y que luego habían sido programados para el 6 de septiembre.
Estos comicios reemplazan los de octubre del año 2019, anulados por denuncias de fraude que dieron pie a la renuncia y salida del país del exmandatario Evo Morales. "La fecha definitiva de la elección genera mayores condiciones para la protección de la salud, facilidades de votación en el exterior, llegada de misiones de observación internacional", arguyó el presidente del TSE.
Romero dijo que una eventual segunda vuelta se efectuará el 29 de noviembre y la toma de posesión de las nuevas autoridades en diciembre. El titular del TSE dijo que la decisión es "fruto de consideraciones de orden legal, científico y de orden político".
La Iglesia católica se había unido temprano este jueves a fuerzas conservadoras bolivianas que exigían el aplazamiento de las elecciones por la escalada de la pandemia, que registra más de 64.000 infectados y 2.328 decesos.
Por su parte, el Movimiento Al Socialismo (MAS), del expresidente Morales y cuyo candidato Luis Arce puntea las intenciones de voto, y la Central Obrera Boliviana (COB) insistían en la realización de los comicios en la fecha prevista.
La realización de "elecciones requiere la mayor seguridad posible", sostuvo Romero, aunque admitió que los "factores de conflicto no han desaparecido" y reconoció que Bolivia sufre "graves polarizaciones", que se ahondaron en noviembre pasado tras la dimisión de Morales (2006-2019) en medio de una convulsión social y el ascenso de facciones de derecha al poder.
Unos siete millones de bolivianos están citados a las urnas para elegir presidente y vicepresidente y renovar el Congreso bicameral.