Biden insiste en reunión con Putin para frenar tensiones
"Queremos dejar en claro que no tenemos ningún deseo de impulsar una escalada con Rusia", insistió el mandatario de EE.UU.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, mantiene su propuesta de celebrar una cumbre con su homólogo ruso, Vladimir Putin, "en los próximos meses", por considerar que una reunión es "crucial" para "detener" la "escalada", dijo el jueves un alto funcionario estadounidense.
Biden ordenó más temprano sanciones y la expulsión de 10 diplomáticos rusos en respuesta en particular a un gigantesco ciberataque atribuido formalmente a Moscú.
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El alto funcionario estadounidense, que habló bajo condición de anonimato, dijo a periodistas que Washington estaba dispuesto a imponer más medidas si fuera necesario y también que ya se han implementado acciones adicionales que no se hicieron públicas.
"Habrá elementos de nuestras respuestas a estas acciones que permanecerán secretos", dijo. No precisó si se trataba de un contraataque informático o de otra medida. "Las medidas que estamos anunciando hoy representan nuestra respuesta pública, que esperamos sea vista como firme pero proporcional", agregó.
A pesar de esto, el funcionario enfatizó que Washington busca reducir las tensiones y quiere que la propuesta de una cumbre Biden-Putin siga adelante.
"Queremos dejar en claro que no tenemos ningún deseo de impulsar una escalada con Rusia", insistió, asegurando que Biden había informado a Putin de estas represalias durante su llamada telefónica esta semana.
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En esta misma conversación, el presidente estadounidense hizo el ofrecimiento de una cumbre "en un tercer país" y "en los próximos meses".
"Los rusos aún no han respondido (...) pero creemos que en los próximos meses será crucial que los dos líderes se sienten a discutir la gama completa de problemas que enfrenta nuestra relación", dijo el funcionario.
Señaló que dicha cumbre debería permitir "encontrar una forma estable y eficaz de avanzar para detener cualquier escalada antes de que degenere".
Pero advirtió que Estados Unidos se reservaba el derecho de responder a una eventual contrarrespuesta rusa, dependiendo del tamaño de la misma.