Casa Blanca y Capitolio tuvieron que cerrar por una alerta de seguridad
El presidente Donald Trump se encontraba en la Casa Blanca durante la alerta.
Este martes la Casa Blanca y el Congreso de Estados Unidos tuvieron que cerrar durante casi una hora tras una supuesta intrusión en el espacio aéreo restringido de Washington pero, horas después, aún se desconocía qué había provocado esta alerta.
El comandante Andrew Hennessy, un portavoz del Mando Norteamericano de Defensa Aeroespacial (NORAD), dijo que un rastro había aparecido en los radares a primera hora del martes, provocando preocupación.
"Algo que emitió una huella que nuestro radar registró" encendió la alarma, explicó.
Un helicóptero desplegado por el NORAD para investigar lo que parecía ser un avión no identificado no encontró nada en la zona restringida.
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"No había aeronave que interceptar", dijo Hennessy, que no quiso especular sobre si había sido una bandada de pájaros la que había detonado la alerta.
Hennessy también calificó de incorrecto un mensaje publicado en la red Twitter por el NORAD horas antes en el que se afirmaba que se habían desplegado cazas para interceptar la amenaza. Esos aviones eran parte de un ejercicio previsto en la zona, precisó.
Las restricciones para entrar en el espacio aéreo de la capital estadounidense se endurecieron tras los ataques del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington, en los que murieron cerca de 3.000 personas.
Desde entonces, baterías antimisiles y aviones de combate vigilan la capital estadounidense. Aunque algunas veces se les pasa alguna alerta.
En 2015, un anciano llegó a aterrizar su autogiro a unos metros del Congreso después de haber lanzado cartas en las que denunciaba la "corrupción" del sistema político estadounidense.
El presidente Donald Trump se encontraba en la Casa Blanca a la hora de la emergencia, donde tenía previsto participar en el tradicional acto de "indultar" al pavo con motivo de las fiesta de Acción de Gracias, que se celebran este jueves en Estados Unidos.
El "indulto" al pavo con ataque a la prensa
Trump siguió con la tradición instaurada en 1989 por el presidente George H.W. Bush de indultar a los pavos presentados en la Casa Blanca con motivo de Acción de Gracias, en un breve acto que aprovechó para atacar a la prensa y al presidente del comité legislativo que le investiga, Adam Schiff.
"De alguna manera esperaba que este evento fuera muy concurrido por la prensa, al fin y al cabo los pavos se parecen a los buitres", dijo jocosamente el jefe de Estado frente a las dos aves, bautizadas como Bread y Butter (pan y mantequilla, en inglés).
El gobernante tuvo también palabras agrias para el demócrata Adam Schiff, presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, que ha sido uno de los encargados de la investigación legislativa para ver si hay motivos para someter al mandatario a un juicio político de destitución.
"Por suerte, Bread y Butter han sido especialmente criados para estar calmados en cualquier situación, lo que es muy importante porque ya han recibido citaciones para aparecer en el sótano de Adam Schiff el jueves", expresó el mandatario acompañado por la primera dama, Melania Trump.
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) November 26, 2019
Además, el presidente aprovechó esta breve comparecencia ante público y medios para vanagloriarse de que "el país nunca ha tenido más éxito" que bajo su mandato, algo que dijo ver reflejado en la operación militar contra el que fuera cabecilla del grupo yihadista Estado Islámico, Abi Bakr al Bagdadi, y que se saldó con su muerte.
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La fiesta de Acción de Gracias fue proclamada por el primer jefe de Estado de Estados Unidos, George Washington, con el objetivo de celebrar "el nacimiento de una nueva nación y su prosperidad"; y se celebra el tercer jueves de noviembre desde que así lo decidiera el presidente Franklin D. Roosvelt, en 1941.
La presentación del pavo en la Casa Blanca se remonta a la década de 1920, fechas en las que incluso les ponían gafas y camisetas para la ocasión.
Sin embargo, su estilo no les salvaba de acabar troceados en una bandeja de los salones presidenciales para así ser degustados por los invitados del presidente durante la cena de Acción de Gracias.
Pero la suerte de estos animales cambió con la llegada al poder del presidente George H.W. Bush (1989-1993), quien instauró como tradición el perdón a, cómo mínimo, uno de los animales.