Consumo y tráfico de drogas, en desbordado aumento en África
La ONU alertó que África ocupa una posición cada vez más importante en las rutas con destino a Europa que transportan la cocaína de América del Sur.
La ONU advirtió este jueves que el consumo y el tráfico de drogas están creciendo en África y señaló entre los principales problemas de la región la ubicación estratégica del continente en las redes de tráfico de estupefacientes y la carencia de servicios asistenciales.
Según el informe anual de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), publicado hoy, África ocupa una posición cada vez más importante en las rutas con destino a Europa que transportan la cocaína de América del Sur y la heroína de Afganistán.
El miembro de la JIFE encargado de la presentación del informe en Rabat, Jallal Toufiq, señaló que la situación de inestabilidad imperante en áreas como el Cuerno de África o el Sahel ha favorecido la pujanza del narcotráfico.
A ello, añadió, se une "el fenómeno migratorio", que también actúa como vector, dado que "el tráfico de drogas, lamentablemente, se entrelaza con el tráfico de seres humanos" y las mafias a menudo usan como "mulas" (transportistas) a los emigrantes que se dirigen a Europa.
Por otro lado, Toufiq señaló que en los países en vías de desarrollo casi no existen programas de desintoxicación y que en África "hay muy pocos servicios de rehabilitación".
En este sentido, explicó que la intención de la JIFE consiste en "desplazar el foco hacia la asistencia en vez de hacia la represión" e instó a los gobiernos africanos a acabar con la "estigmatización" que sufren los adictos.
Otro problema del continente, según Toufiq, es que "hay muy pocos datos" y precisó que más allá de Marruecos y Sudáfrica (que cuentan con observatorios dedicados al tráfico y consumo de drogas) y de Egipto, Kenia, Senegal y Mauricio (con proyectos similares en marcha) apenas hay iniciativas destinadas a subsanar esta carencia.
Aún así, Toufiq aseguró que la JIFE "agradece los esfuerzos" africanos para combatir los estupefacientes y puso como ejemplo la reducción de los cultivos de cannabis en el norte del continente, aunque las últimas cifras disponibles de Marruecos, principal productor mundial de hachís, datan de 2011 y no han sido actualizadas desde entonces.