Diego Bedoya Castrillón, sacerdote colombiano, fue asesinado en Venezuela
Al parecer, se opuso atraco y dos jóvenes lo atacaron con puñal. Su madre pide la repatriación del cuerpo. Los hechos se registraron en el estado de Aragua.
El sacerdote colombiano Diego Bedoya Castrillón, de 35 años de edad, fue asesinado en el estado venezolano de Aragua al tratar de evitar un hurto en el ancianato de la parroquia Castor Nieves Ríos del municipio José Félix.
"Hace dos días habían llegado dos camiones con comida y como la gente allá se está muriendo de hambre", aseguró Oliva Bedoya, madre del sacerdote asesinado. Su familia le pidió ayuda a la Cancillería para repatriar el cuerpo. "Mi familia está muy triste esperando que va a llegar él", dijo la mujer.
Dos menores de edad fueron conducidos como presuntos responsables del asesinato, al parecer conocidos del sacerdote. "Se cree que lo mataron unos muchachos que él ayudó", dijo la madre de la víctima.
La familia en Medellín y Manizales guarda la esperanza para que el cuerpo sea repatriado.
El comunicado de la Cancillería
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia lamenta la muerte del sacerdote colombiano Diego Bedoya Castrillón, quien según versiones preliminares fue asesinado en Aragua, Venezuela, cuando asaltaron la sede de la comunidad religiosa en la que se encontraba.
Desde que se tuvo conocimiento del fallecimiento del connacional perteneciente a la Congregación de los Hermanos Franciscanos de la Cruz Blanca en Venezuela, el Consulado de Colombia en Valencia solicitó a las autoridades competentes de ese país celeridad en las investigaciones tendientes al esclarecimiento de los hechos y la determinación de los responsables del homicidio.
Los restos fueron entregados a la Congregación a la que pertenecía por disposición de las autoridades venezolanas, siguiendo los preceptos y normas de la Orden Franciscana, para que fueran enterrados en su sede de la Casa Familiar Candelaria en la ciudad de La Victoria – Estado Aragua, como lo determinaron sus superiores que viajaron desde España para encargarse de su sepelio.
Por la decisión de su congregación y por cuanto el fallecimiento fue producto de un hecho delictivo violento, lo que hace imposible según la legislación venezolana una repatriación o una cremación hasta que el mismo deje de ser objeto de investigación, su cuerpo no pudo ser repatriado, y así se les informó a sus familiares oportunamente.
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