Economía de Brasil tambalea por la encrucijada de la pandemia
Sao Paulo, con 46 millones de habitantes es el epicentro de la pandemia en ese país.
Dos meses después de haber iniciado la cuarentena en Sao Paulo para frenar la pandemia, el Gobierno del estado más rico y poblado de Brasil se debate entre entrar a un confinamiento total, por el aumento indiscriminado de los brotes, o evitar una catástrofe económica de la región.
La encrucijada será definida en los próximos días por el gobernador Joao Doria, que, a pesar de las medidas que ha implementado para fortalecer aún más la cuarentena, no ha logrado que la mayoría de la población paulista permanezca en sus casas.
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La situación lo ha llevado a plantear la posibilidad de ordenar un confinamiento total, o un "lockdown", como se le conoce mundialmente, una medida que extendería por más tiempo la paralización económica en la región a cambio del bienestar de su gente.
Sao Paulo, con 46 millones de habitantes -el 22 % de la población brasileña- es el epicentro de la pandemia en el país con más de 6.000 muertos y cerca de 81.000 infectados, según el último balance oficial. En Brasil, segundo país con más casos en el mundo, el COVID-19 ha cegado la vida de más de 22.000 personas e infectado a cerca de 350.000.
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Esta región, conocida como el "motor" de la economía brasileña, comenzó la cuarentena el 24 de marzo, una semana después de que fuera decretada la primera muerte en Brasil, registrada en la capital homónima.
La tasa de aislamiento de Sao Paulo en ese primer día de cuarentena fue del 54 %, pero el máximo alcanzado desde su implementación ha sido el 59 %, sin alcanzar nunca el anhelado 70 %.
La idea inicial del Gobernador era que el aislamiento no se extendiera por tanto tiempo e incluso llegó a pensar en comenzar una reapertura "gradual" de la economía a partir del 11 de mayo, pero el mismo dilema que hoy lo tiene en la encrucijada, lo obligo a desistir.
Aunque Doria garantizó en un comienzo que la industria paulista no pararía por la cuarentena, decenas de fábricas, principalmente las montadoras de vehículos, ya frenaron actividades por la situación y ordenaron vacaciones colectivas.
La presión por reactivar los negocios de la región es fuerte y nuevas medidas se han experimentado en las últimas semanas en un fracasado intento de que la gente permanezca en sus casas para controlar los contagios y poder normalizar las actividades económicas.
Y no es para menos. Sao Paulo es responsable por más de la tercera parte del PIB nacional y por casi el 40 % de la producción industrial de Brasil.
A eso se suma que es un importante eslabón logístico para el abastecimiento del país, ya que allí opera el puerto de Santos, el mayor terminal marítimo de Latinoamérica.