Eike Batista, multimillonario brasileño, otra vez a la cárcel por lavado de dinero
El exmagnate pagaba prisión domiciliaria en su lujosa casa de Rio de Janeiro tras ser condenado a 30 años de cárcel en 2018.
El exmagnate brasileño Eike Batista, en prisión domiciliaria desde 2017 por una condena de corrupción, fue encarcelado este jueves por la policía en Rio de Janeiro como parte de una investigación por manipulación de capitales y lavado de dinero.
El juez de primera instancia Marcelo Bretas ordenó la prisión de Batista, indicó la Policía Federal. El hombre que llegó a ser la primera fortuna de Brasil fue detenido en su domicilio en Jardim Botanico, un exclusivo barrio carioca.
Bretas además ordenó la captura del contador de Batista, Luiz Arthur Correia, y la búsqueda de otras cuatro personas en un operativo policial denominado "Secreto de Midas", que busca pruebas sobre manipulación de capitales y lavado de dinero, precisó la Policia Federal.
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Batista, de 62 años, fue condenado en julio de 2018 a 30 años de prisión por corrupción y lavado de dinero, pero esperaba el resultado de los recursos de su defensa en un régimen de recogimiento nocturno y durante los fines de semana en su lujosa casa de Rio.
El exmagnate fue detenido por primera vez en enero de 2017 al llegar al aeropuerto de Rio procedente de Nueva York, pero pasó a prisión domiciliaria en abril por decisión de la justicia.
En mayo pasado, fue condenado a pagar 536 millones de reales (unos 134 millones de dólares al cambio de la época) en multas por manipular precios de acciones cuando estaba al frente del consejo de administración de la petrolera OGX, informó la Comisión de Valores Mobiliarios (CVM).
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Batista está acusado de vender acciones de CVM en 2013 cuando ya sabía que la empresa no podría explotar petróleo en unos campos adquiridos en una subasta en 2007.
También fue inhabilitado por siete años para ejercer cargos de administrador o consejero de una compañía con capital abierto.
El empresario llegó a ser emblema del auge brasileño de comienzos de la década, presidiendo un conglomerado de compañías en los sectores de petróleo, minas, logística y energía, identificadas con la letra X, símbolo que lo hizo distintivo.
Llegó a amasar una fortuna estimada en 10.600 millones de dólares en 2013, según la revista Forbes.