El famoso hotel que recibió a miles de celebridades será subastado en Nueva York.
El famoso hotel que vio a miles de celebridades habitar sus cuartos será subastado en Nueva York.
Más de 50 puertas que durante años resguardaron los secretos de Jimi Hendrix, Leonard Cohen o Janis Joplin en el mítico Chelsea Hotel fueron a parar a las manos de un hombre sin hogar y serán vendidas en una inusual subasta en Nueva York.
Durante más de un siglo, decenas de talentosos músicos, escritores, actores y artistas como Mark Twain, Jack Kerouac, Humphrey Bogart, Bob Marley, Joni Mitchell, Patti Smith, Madonna o Andy Warhol residieron semanas o años en el Chelsea Hotel, símbolo de la bohemia neoyorquina.
Declarado monumento histórico pero en total decadencia, este refugio de artistas cerró en 2011 y a excepción de su fachada, está siendo totalmente renovado.
Aquí entra en la historia Jim Georgiou, apasionado del Chelsea Hotel que vivió allí de 2002 a 2011, hasta que fue desalojado por no pagar el alquiler. Comenzó entonces a vivir en la calle con su perro Teddy, casi enfrente al hotel, intentando sobrevivir con la venta de discos de vinilo.
En 2012, Georgiou vio cómo los obreros que reformaban el edificio se disponían a tirar sus puertas y logró recuperar más de 50 con la ayuda de amigos, contó a la AFP Arlan Ettinger, dueño de la casa de subastas Guernsey's que realizará la venta el 12 de abril.
"Cuando eres un hombre sin techo una puerta adquiere un gran significado, es el portal de un hogar, que la persona indigente no tiene", dijo Ettinger.
Comenzó entonces una larga investigación de Georgiou para conectar cada puerta numerada con las habitaciones que ocuparon los famosos.
"Comenzó a ir a la biblioteca del barrio, pasó centenares de horas investigando (...) Habló con amigos que aún vivían en el hotel, con el personal de la recepción que tenía acceso al archivo" y logró identificar 22 puertas ligadas a figuras legendarias, contó Ettinger.Georgiou se acercó a Guernsey's el año pasado, tras intentar infructuosamente organizar una venta con otras casas de subastas que rechazaron su idea.
Ya no vive en la calle, unos amigos le han ofrecido un techo. Pero aunque no tiene dinero, la mitad de lo recolectado en la subasta irá a parar a la organización City Harvest, que recolecta comida de restaurantes y la distribuye entre neoyorquinos de bajos recursos.
"Cada puerta lleva consigo un número significativo de fantasmas", apuntó Frank Maresca, dueño de la galería Ricco-Maresca, donde están expuestas las "obras", colgadas del techo con cuerdas de metal y formando un laberinto.
Ettinger no tiene idea a cuánto se venderán las puertas, pero no hay un precio mínimo.
"Son puertas viejas, golpeadas que no parecen muy bonitas. Pero tienen una significación increíble. Es difícil estimar su valor", afirmó el rematador, para quien esta es sin dudas la subasta más extraña de su vida.
Con información de AFP