Indígenas piden desde el Vaticano una salida dialogada a crisis en Ecuador
El presidente ecuatoriano abrió el martes la puerta del diálogo con la mediación de la ONU y la Iglesia Católica.
El representante de la Organización Regional de los Pueblos Indígenas de Amazonas, COICA, Gregorio Mirabal, pidió este miércoles desde el Vaticano que "pare la violencia y se abra el diálogo" en Ecuador.
"No queremos sangre. Hacemos un llamado al presidente Lenín Moreno para que pare la violencia y abra el diálogo", aseguró Mirabal, invitado especial al sínodo de obispos dedicado a la Amazonía que se abrió el domingo.
Al sínodo asisten más de 200 prelados entre obispos y cardenales, así como numerosos religiosos e indígenas provenientes de la Amazonia, amenazada por incendios, devastación y miseria.
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Mirabal, coordinador general de la COICA, cuya sede central se encuentra en Ecuador, intervendrá este miércoles ante la plenaria y pedirá al papa Francisco que intervenga ante el mandatario ecuatoriano. "Es que a nosotros no nos escucha. Creo que al papa sí", comentó.
Los indígenas de Ecuador se preparan este miércoles a una movilización que busca coronar una semana de disturbios y protestas contra el alza del precio de los combustibles.
"Tememos que el ejército dispare. Tiene orden de disparar", aseguró Mirabal, líder del pueblo Kurripaco de Venezuela y desde hace un año coordinador general de COICA, fundada en 1984 y que agrupa a indígenas de los nueve países de la cuenca amazónica.
El presidente ecuatoriano abrió el martes la puerta del diálogo con la mediación de la ONU y la Iglesia católica, pero la jornada concluyó con un breve asalto a la desocupada sede del Parlamento cuyas actividades habían sido suspendidas desde temprano.
"Este va a ser el cuarto presidente que vamos a sacar de Ecuador si no busca el diálogo y levanta las medidas", sostiene Mirabal, quien critica sobre todo la política petrolera del gobierno.
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Moreno sigue la crisis desde Guayaquil, adonde trasladó la sede del gobierno el lunes ante el acoso de los indígenas que iban llegando a Quito desde el interior.
En siete días de manifestaciones ha habido al menos un muerto, 73 heridos (incluidos 55 uniformados) y unos 600 detenidos.
Las protestas han alcanzado a la industria petrolera. Varios pozos en la Amazonía han sido ocupados por manifestantes, lo que generó una caída del 31% de la producción ecuatoriana, estimada en 531.000 barriles por día.