Marchas a nivel mundial en rechazo a la violencia contra la mujer
Más de 3.500 mujeres fueron víctimas de feminicidio en Latinoamérica en 2018.
Decenas de miles de personas se manifestaron en las principales ciudades de España por el día internacional contra la violencia de género, en un país que pese a ser pionero en la lucha contra los feminicidios suma más de 1.000 mujeres muertas desde 2003.
Con lemas como "Basta ya, ni una más" o "Que viva la lucha de las mujeres", decenas de miles de personas siguieron la convocatoria en Madrid.
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"Se ha avanzado mucho, pero hace falta bastante", afirmó Marta Martínez, empleada de una empresa financiera, que incidió en la necesidad de erradicar la brecha salarial entre hombres y mujeres, y aumentar los medios para prevenir este tipo de crímenes.
"Da miedo denunciar, porque pasa mucho tiempo hasta que llega la orden de alejamiento" del agresor, añadió esta mujer de 38 años de edad.
"Es evidente que tenemos que salir a las calles", afirmó la pensionista Isabel Mateo, quien cree que todavía "falta presupuesto", para abrir por ejemplo más centros de acogida para mujeres maltratadas.
En la manifestación de Madrid participaron seis miembros del gobierno socialista, entre ellos la vicepresidenta, Carmen Calvo o el titular de Interior, Fernando Grande-Marlaska.
También, hubo manifestaciones con miles de participantes en Barcelona, Valencia, Bilbao o Zaragoza.
De otro lado, cientos de mujeres marcharon en distintos países de Centroamérica para exigir un alto a la violencia que sufren y que se investiguen los casos de feminicidios.
"Vivas nos queremos", "Exigimos una vida libre de violencia", "Caricias, no golpes", eran parte de las leyendas escritas en pequeños carteles que portaban muchas mujeres que marcharon en el centro de San Salvador.
En la capital costarricense, San José, centenares de mujeres marcaron con distintivos color naranja el reverso de una manta con la leyenda "Vivas nos queremos".
En tanto, en Guatemala se realizó una vigilia la noche del domingo con retratos de mujeres asesinadas este año.
"Las mujeres somos víctimas de violencia en todo ámbito y es necesario que todo el Estado se involucre para que pare la violencia hacia las niñas y las mujeres", dijo Violeta Artiga, una estudiante de psicología que marchó en San Salvador con un pañuelo morado al cuello.
Un informe revelado por la denominada Red Feminista Frente a la Violencia de El Salvador, detalla que hay una reducción en los casos de muertes violentas de mujeres en ese país, mientras aumentaron los casos de violencia sexual.
Ese documento detalla que en 2017 se registraron 469 muertes violentas de mujeres, 386 en 2018, y 192 entre enero y septiembre de este año.
En cuanto a los casos de violencia sexual en 2017 se dieron 6.108, en 2018 esa cifra subió a 6.142, mientras que en el período de enero a junio de 2019 se contabilizaban 2.131 casos, indicó el informe.
Otra marcha de mujeres salvadoreñas partió de una plaza en el sector oeste de San Salvador y se dirigió hacia calles cercanas a la Casa Presidencial para exigir también un freno a la violencia en su contra.
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Pero no pudo llegar a la presidencia debido a que un contingente de la policía antimotines bloqueó las calles de acceso con alambradas de púas.
Así mismo, cientos de sudanesas salieron a la calle en Jartum con motivo del Día Mundial de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, en la primera concentración de este tipo en Sudán en décadas.
Las manifestantes gritaban "Libertad, paz, justicia", uno de los eslóganes del movimiento de protesta que sacudió Sudán de diciembre de 2018 a agosto de 2019 y aceleró la caída del presidente, Omar Al Bashir, destituido por el ejército en abril.
En el barrio de Burri en Jartum, muchas mujeres llevaban pancartas en las que se podía leer "La revolución de las mujeres continúa" y "Nosotras somos la revolución, nosotras somos el cambio".
"Se respira una atmósfera de libertad ahora", dice Fatima, una estudiante de 21 años. "Hay menos violencia pero seguimos teniendo que cambiar las leyes" consideradas discriminatorias hacia las mujeres.
Durante las tres décadas de dominio de Omar Al Bashir, Sudán aplicó una versión muy estricta de la sharia, la ley islámica. Miles de sudanesas fueron condenadas a duras penas y flageladas por "indumentaria indecente" o consumo de alcohol, según miembros de la sociedad civil.
Las mujeres estuvieron en primera línea de las manifestaciones contra Bashir y después contra los militares que le sucedieron.
La llegada del nuevo poder, en agosto, fue una bocanada de aire fresco para muchos activistas de derechos humanos, que esperan que estas autoridades eliminen las leyes que alientan la violencia contra las mujeres.