Musk da ultimátum a trabajadores federales: responder o ser despedidos

Una nueva amenaza de Elon Musk ha sembrado incertidumbre en el gobierno de Estados Unidos, luego de advertir que los empleados federales recibirán "una segunda oportunidad" para justificar sus puestos de trabajo o, de lo contrario, serán despedidos. La medida, impulsada por el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), ha intensificado el conflicto entre la administración de Donald Trump y las agencias gubernamentales.

Musk, quien lidera Tesla y SpaceX y ha sido designado por Trump para encabezar una reestructuración radical del gobierno, envió un correo electrónico el fin de semana exigiendo a los empleados federales que detallaran sus logros semanales. El multimillonario advirtió que la falta de respuesta sería considerada una renuncia voluntaria.

Sin embargo, la iniciativa generó respuestas contradictorias. Mientras el Departamento del Tesoro instó a sus empleados a responder, otras agencias, como el Pentágono, se resistieron a la orden. La Oficina de Gestión de Personal (OPM) intervino horas antes del vencimiento del plazo, indicando a los empleados que podían ignorar el correo electrónico sin consecuencias.

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A pesar de la directriz de la OPM, Musk reafirmó su postura a través de X, la red social de su propiedad: "Se les dará otra oportunidad, a discreción del presidente. Si no responden una segunda vez, serán despedidos". La Casa Blanca no ha emitido comentarios sobre el tema.

El conflicto ha expuesto fisuras dentro del gobierno y generado dudas sobre los límites de la autoridad de Musk. Algunos directivos gubernamentales continuaron presionando a sus empleados para que respondieran, mientras que otros advirtieron sobre riesgos de seguridad. En un correo interno, el Departamento de Salud y Servicios Humanos alertó a sus trabajadores sobre la posibilidad de que sus respuestas fueran vistas por "actores extranjeros malignos", recomendándoles no incluir detalles sensibles sobre medicamentos o contratos.

La agresiva reestructuración de Musk ya ha provocado el despido de más de 20.000 empleados federales, mientras que a otros 75.000 se les ha ofrecido indemnizaciones. Con una fuerza laboral de 2,3 millones de personas, las medidas están teniendo un impacto significativo en la economía, afectando también a contratistas y proveedores gubernamentales.

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Desde su regreso a la Casa Blanca, Trump ha implementado un congelamiento de miles de millones en ayuda extranjera, dejando a la Agencia de EE.UU. para el Desarrollo Internacional (USAID) en un estado de parálisis, con medicinas y alimentos almacenados sin distribuir. En algunos casos, el gobierno ha tenido dificultades para recontratar personal clave en áreas sensibles como la supervisión nuclear y la respuesta a brotes sanitarios como la gripe aviar.

El lunes, un grupo de sindicatos actualizó su demanda judicial para que el correo electrónico de Musk sea declarado ilegal, mientras que un juez federal impidió que su equipo tuviera acceso a datos sensibles del Departamento de Educación y la OPM. La controversia también ha puesto de relieve el hecho de que el nombramiento de Musk no requirió la aprobación del Senado, a diferencia de los designados para liderar agencias federales.